Epifanio Casco Alderete
Para el líder de la CGT disidente, el camionero Hugo Moyano, el gobierno de la Alianza es "casi idéntico al de (Carlos) Menem". Poco afecto a los trazos finos, la crítica del sindicalista golpea al gobierno donde más le duele. "El país no funciona, está desfinanciado", dijo luego, y no descartó que se produzcan "estallidos sociales", volviendo a levantar el fantasma de la violencia. No obstante, dijo que aún no decidió si acompañara el paro convocado por la CGT que encabeza Rodolfo Daer para los primeros días de marzo.
Moyano defendió la legislación sindical vigente y opinó que quienes denunciaron la supuesta falta de libertad sindical ante la OIT "sólo persiguen fragmentar y debilitar al movimiento obrero". Dijo no creer que el movimiento obrero pierda mucho con la desregulación de las obras sociales, porque éstas "son el fiel reflejo de un país que no funciona".
Respecto del modelo económico del gobierno, manifestó su desconfianza en que el blindaje financiero que obtuvo recientemente Argentina sirva para solucionar el problema de la gente, porque "apenas se lo consiguió, funcionarios aliancista salieron a plantear un país que sólo existe en la imaginación de ellos y que nada tiene que ver con la realidad cotidiana de los trabajadores".
-¿Los trabajadores están mejor con este gobierno respecto del de Menem?
-La Alianza se acerca cada vez más a parecerse, casi idénticamente, al gobierno de Menem, que durante una década se pasó hablando de las bondades de un modelo que sólo existe en la imaginación de los funcionarios y no en la dura realidad que golpea a los trabajadores. Fíjese, ni bien se consiguió el blindaje financiero, que todavía no dio resultado alguno para la gente, los hombres del gobierno empezaron a plantear un país que sólo existe en la imaginación de ellos, que se contradice con la realidad cotidiana. Eso nos hace recordar al gobierno de Menem. Hasta ahora, la única diferencia es que Menem estuvo 10 años en el gobierno y De la Rúa lleva recién uno; los dos hacen los deberes como quieren los de afuera.
-¿Hay posibilidad de estallidos sociales en el corto plazo?
-Es posible. La gente va reaccionar con mucha bronca apenas desaparezca las expectativas de los funcionarios sobre el blindaje. Cuando se den cuenta que no se cumplen las promesas de empleos masivos y que su situación no cambió, seguro que la gente va a reaccionar con mucha bronca, y eso es muy peligroso.
-¿Qué perdió el sindicalismo con la desregulación de las obras sociales que implementó el gobierno?
-No creo que el sindicalismo haya perdido mucho con la desregulación de las obras sociales, que son el absoluto reflejo de lo que le pasa al país, que no funciona, que está desfinanciado. No se puede pretender que funcione una institución que está dentro de una Nación que no funciona. Si los gobiernos nacional, provinciales y municipales tienen déficits, no podemos pretender que las obras sociales no lo tengan.
-¿La legislación sindical argentina garantiza la libertad que reclama la OIT y que el gobierno quiere garantizar?
-La intención de aquellos que denunciaron ante la OIT la supuesta falta de libertad sindical en el país fue la de fragmentar, dividir, al movimiento obrero con la finalidad de debilitarlo. Son los que con la máscara de la libertad persiguen debilitar al sindicalismo. Por eso le dijimos claramente a la ministra de Trabajo (Patricia Bullrich) que si cree que no hay libertad sindical, que se fije en los estatutos de los gremios.
-¿Qué respuesta le dio el gobierno a sus reclamos sobre el salario mínimo, la convocatoria del Consejo del Salario y el subsidio a los desocupados?
-Hasta ahora no tuvimos ninguna, pese a que la ministra se comprometió con nosotros a trasladarle al presidente (Fernando) De la Rúa nuestros reclamos. Nuestras peticiones están incluidas en la iniciativa popular que presentamos en el Congreso, donde demostramos claramente los mecanismos que se deben utilizar para conseguir el dinero para darle una respuesta a la difícil situación de los trabajadores.
-Si están pidiendo casi lo mismo, ¿se puede pensar en una pronta unificación de ambas CGT?
-No creo que haya unidad en la conducción, al menos en el corto plazo, más allá que la unidad es el objetivo que perseguimos los dirigentes. Aunque no lo descarto para un futuro mediato.
-¿Su sector acompañará el paro que dispuso la CGT oficial para el 1º y 2 de marzo próximo?
-Eso no lo hemos analizado y recién la semana entrante vamos a tomar una determinación al respecto.
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La Ciudad
