Año CXXXIV
 Nº 49.011
Rosario,
domingo  28 de
enero de 2001
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Una nueva entidad agrupa a 600 escritores de todo el país
Víctor Redondo: "La Sade ya pasó a la historia"
Según el poeta, la Sociedad de Escritores Argentinos (SEA) se propone la defensa gremial de los autores

Rafael Quiroga

Víctor Redondo tiene una cualidad innegable: logra organizar a escritores en procura de sus proyectos. A fines de los años 70, en una situación difícil para la cultura en general, fundó la revista y editorial Ultimo Reino, donde se publicaría parte de la mejor poesía argentina contemporánea. Ahora es uno de los impulsores y el coordinador general de la Sociedad de Escritores Argentinos (SEA), una entidad que se propone la defensa gremial de los autores, en abierto desafío y crítica a la tradicional Sociedad Argentina de Escritores (Sade).
Sin embargo, Redondo aclara que la nueva entidad "no se conformó contra la Sade sino a favor de los escritores". La SEA comenzó a perfilarse a mediados del año pasado, decidió su nombre en una votación entre sus adherentes y en poco tiempo ha logrado la adhesión de 600 escritores de todo el país: un dato significativo del interés que ha creado.
-¿Cómo surgió la Sociedad de Escritores Argentinos? ¿Tiene relación con la lista de oposición en las últimas elecciones de la Sade?
-La SEA constituía una vieja y callada aspiración de los escritores argentinos. Tanto es así que sólo por eso se puede explicar que hayan adherido 86 escritores a las 30 horas de lanzada la convocatoria, 380 al mes -fecha de la primera asamblea, 14 de octubre de 2000- y que a mediados de enero de 2001 seamos casi 600 los adherentes. La convocatoria era muy simple: unión de los escritores frente a la creciente concentración de la industria editorial, estudio de las condiciones de contratación, y a la vez un ámbito de discusión para plantear desde el punto de vista de los escritores cuestiones de la cultura argentina, como es el caso de la Ley del Libro o de la Ley de Mecenazgo.
La relación con la Sade es por la negativa, por lo que esa entidad ni hace ni se plantea hacer, que la llevó a la pérdida de prestigio y hasta de existencia real. Las últimas elecciones sólo sirvieron para demostrar una vez más que los dirigentes usurpadores se manejan con un sistema de clientelismo y fraude que hace imposible enfrentarlos con métodos limpios. Quienes integraban esa lista, integran la SEA, pero apenas un tres por ciento de la SEA pertenecía a la Sade. Ese era otro de los problemas para trabajar dentro de la Sade: la mayoría de los escritores en actividad, con reconocimiento de los lectores y de los medios especializados, no estaban en ella y no quería saber nada. La Sade ya pasó a la historia.
-¿Cuáles son los objetivos y la forma de funcionamiento de la entidad?
-Los objetivos no son ningún misterio: la defensa de los derechos gremiales de los escritores, tanto en la firma de los contratos como en el seguimiento de las ediciones; un ámbito de pares donde plantear los problemas y discutir la forma de resolverlos; análisis de la legislación cultural para tratar de que se incorpore el punto de vista de los escritores; apoyo a la mala situación laboral de los traductores, los correctores de estilo, los "editores" de libros, los escritores-fantasma. Cómo favorecer la lectura de los escritores argentinos, cómo promover la lectura. Bregar por la remuneración de los escritores en sus intervenciones públicas. Obtener una obra social de los escritores. Y en general todo lo que tiene que ver con la escritura y las editoriales y los organismos de cultura y del libro.
Por ahora, elegida por la primera asamblea a la que concurrieron un sábado a la tarde de un fin de semana largo 133 escritores, elegimos una Comisión Directiva Provisoria de 12 escritores -de la que soy el coordinador general- que tiene por objetivo la redacción de los estatutos (ya están casi listos para ser sometido a votación) y orientar las discusiones en el Foro Argentino del Escritor (http://www.melodysoft.com/foros/escritoresdelforo) que tuvo, en 60 días, 23 mil accesos. Cuando aprobemos los estatutos, iniciamos el trámite para la inscripción legal. Y estamos en la búsqueda de un local. Y en días estará lista la página en Internet.
-¿Le parece suficientemente representativa? ¿No es casi exclusivamente porteña? ¿Tienen algún tipo de mecanismo pensado para la incorporación de los escritores del interior?
-Quizás 600 escritores no sean todavía todo lo representativo a que aspiramos, pero al menos puedo afirmar que conozco personalmente o en su obra a la mayoría de los adherentes y son escritores de existencia real. Como siempre, por cantidad y por cercanía, la mayoría son porteños. Pero hay muchos escritores de otras provincias. Sin ir más lejos, son 16 los escritores rosarinos adheridos. Y tenemos grupos importantes en Córdoba, en el Litoral y en la Patagonia. No olvidemos que la SEA tiene apenas tres meses y que no disponemos de dinero para una mejor comunicación con los escritores que conocemos y que aún no pudieron adherir. Pero lo importante es que consideramos que no puede existir esta entidad si no es con la participación democrática y en igualdad de condiciones de los escritores de todo el país. Si consulta, en el Foro, la lista completa de adhesiones, verá que hay escritores de casi todas las provincias.
-¿Cuál es la posición de SEA en el debate sobre la ley de derechos de autor?
-No hay en debate una ley de derechos de autor, lo que existe es un proyecto -presentado por la diputada justicialista Olijela del Valle Rivas- que transforma a la Sade en entidad recaudadora de los derechos de autor de todos los escritores argentinos. Sería un chiste de mal gusto sino fuera porque el proyecto existe. No es que neguemos a priori la necesidad de la existencia de un organismo recaudador -sería algo para discutir entre todos-, sino que ese organismo dependa de una sociedad que sólo puede hacer aprobar sus balances con métodos gangsteriles y con finanzas seriamente cuestionadas por sus socios, y que además no representa a la mayoría de los escritores. Sacamos un comunicado, distribuido en los medios legislativos y del Libro, expresando nuestra tajante negativa a tan descabellada pretensión.
-¿Hay algún tipo de diálogo con la Sade?
-No. Los de la Comisión Directiva -a la que ya renunciaron varios, entre ellos el vicepresidente (Juan-Jacobo) Bajarlía-, apenas si son escritores, otros no publicaron nada. Apuestan todas sus barajas a que cuaje el proyecto de entidad recaudadora, imaginando una bonanza económica a costa de los libros de los no socios. Ya gastaron los 200 mil pesos que les regaló el anterior presidente de la Nación, supongo que cuando no les quede ni un centavo se irán, echándole la culpa a una supuesta oposición. Porque la verdad es que la Sade no les importa. Sí tenemos diálogo con sectores internos y con algunas seccionales, lo poco rescatable que aún les queda y que están cansados de oportunistas e infiltrados. Pero la SEA no se formó contra la Sade sino a favor de los escritores.
-Al margen del mencionado proyecto de ley, ¿qué otros proyectos tienen en consideración?
-Nos hemos centrado en la discusión de dos proyectos de ley, el de "Promoción del Libro y la Lectura" y el llamado de Mecenazgo. En el Foro hay ríquisimo material de discusión. Pero le puedo adelantar que, y trato de ser prudente porque no es una posición unánime, la mayoría de los que participan en las discusiones se muestra poco favorable a dichas leyes. Y, dicho ahora en forma personal, el mecenazgo es un paso más en la privatización de la cultura, y el proyecto de Ley del Libro sólo tiene aspectos positivos para la industria editorial vía exenciones impositivas, y el resto es pura retórica, un blablá al estilo "se debe propender a la..."



Redondo impulsa una nueva sociedad de escritores.
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