"Aquí todos los comerciantes están armados porque casi todos los días hay algún asalto y nadie los defiende. No es la primera vez que pasa algo como esto" recordó una mujer que miraba, desde atrás del cordón policial, la escena donde minutos antes el garrafero Fernando Pasellio había resistido a los tiros el robo a su comercio. Seguramente la vecina rememoraba la tarde del 4 de agosto de 1998 cuando, a escasas seis cuadras del lugar, murió Matías Luis López, de 13 años. El chico volvía de hacer un mandado cuando fue alcanzado en la cabeza por un balazo que disparó el soldado voluntario José Luis Espinoza. El agresor, junto al policía retirado Cirilo Altamirano, repelían en ese momento el robo que un par de delincuentes perpetraron contra la carnicería de Pedro Rolón, en Felipe Moré 3665.
| |