Año CXXXIV
 Nº 49.010
Rosario,
sábado  27 de
enero de 2001
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Balacera en barrio Triángulo. Violenta reacción de un comerciante
Un muerto y tres heridos de bala en feroz tiroteo tras un intento de robo
Un garrafero y un policía de civil enfrentaron a dos ladrones, mataron a uno e hirieron a otro y a un ciclista

Sergio Naymark

El intento de asalto a una distribuidora de garrafas en la zona oeste de la ciudad derivó en un feroz enfrentamiento a balazos entre el dueño del comercio, los ladrones y un policía de civil que pasaba por el lugar. Como consecuencia de la balacera, uno de los delincuentes murió, su cómplice resultó gravemente herido y el comerciante y un ocasional transeúnte recibieron disparos que obligaron a su traslado al Hospital de Emergencias pero fuera de peligro.
El hecho se convirtió en uno de los tantos que, al ser resistidos por comerciantes armados que quieren hacer justicia por mano propia, termina en un reguero de sangre que en algunas ocasiones cobra vidas inocentes (ver aparte).
Todo se inició poco después de las 18.30 en Felipe Moré 3064. Allí Fernando Pasellio, de 46 años, atendía su distribuidora de garrafas, Rueda Gas, en compañía de Marcos Ariel Zárate, sereno del local. En esas circunstancias llegaron al lugar dos muchachos jóvenes a bordo de dos bicicletas que dejaron frente al portón del comercio y entraron armas en mano.
De acuerdo a lo que pudieron reconstruir los investigadores de la seccional 19ª, con jurisdicción en el lugar, "los asaltantes amenazaron al garrafero y a su empleado y les pidieron el dinero que tenían sin reparar que el comerciante iba a extraer un arma para repeler el ataque".
"Los delincuentes emprendieron la huida cubriendo su retirada a balazos", dijeron los voceros. Tras ello salió el garrafero disparando su arma -un revólver calibre 38- y se desató un feroz enfrentamiento que obligó a muchos vecinos que a esa hora mitigaban el calor sentados frente a sus viviendas a esconderse rápidamente.
El ruido de las balas también alertó a un cabo primero de la policía rosarina, de apellido Torres y destacado en la banda de música de la Unidad Regional II, quien vive cerca del lugar de los hechos y salió de su vivienda para sumarse al enfrentamiento.
En el intercambio de disparos, uno de los delincuentes cayó muerto a unos 40 metros al sur del local que había intentado robar. Huía en una bicicleta roja que quedó tendida junto a su cuerpo, sobre el cual según las primeras pericias de los forenses impactaron tres balazos, y junto a una pistola calibre 9 milímetros con la numeración limada. El cuerpo del joven fue levantado del lugar poco después de las 20, cuando habían llegado hasta allí el juez de Instrucción en feria, Eduardo Suárez Romero, y el jefe de la Unidad Regional II, comisario mayor Francisco Previtera.
En tanto, el otro asaltante recibió al menos tres disparos y cayó gravemente herido junto a una bicicleta negra que la policía encontró junto a un revólver calibre 22 con el que cubría su fuga. Anoche agonizaba en la sala de terapia intensiva del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), donde había ingresado como NN al ser trasladado por una ambulancia del Sies.
Por su parte, el garrafero recibió un par de balazos que no le provocaron heridas de gravedad pero que también obligaron a su derivación al Heca. Allí permanecía internado anoche bajo custodia policial hasta que los médicos que lo atienden le permitieran declarar ante la policía, que secuestró un revólver calibre 6.35 con el cual el comerciante repelió el robo a su local.

Salvado de milagro
En el medio de la balacera desatada, un ocasional ciclista que pasaba por el lugar de vuelta a su hogar tras una jornada de trabajo salvó su vida de milagro cuando una bala lastimó sus labios y le arrancó un diente. Para sorpresa del mismo hombre y de los investigadores, tal cual se ve en muchos dibujos animados el proyectil detuvo su marcha en la boca y no le ocasionó otra herida.
Al llegar la policía al lugar, el ciclista no dejaba de temblar del susto y entregó a los investigadores la bala que por poco le perfora la cabeza.
En tanto, anoche los investigadores esperaban el resultado de la autopsia que se le realizaba en el Instituto Médico Legal al delincuente muerto y las intervenciones quirúrgicas que se les realizaban en el Heca a su cómplice y al garrafero para saber el calibre de las balas que cada uno de ellos tenía en sus cuerpos. Ese dato, confiaron los mismos pesquisas, será escencial para saber quien mató al asaltante y quien hirió al otro ladrón y al mismo comerciante.



El cuerpo del asaltante quedó a 40 metros del depósito.
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