Si la idea de Edgardo Bauza era cotejar fuerzas en un amistoso de jerarquía, el partido de esta noche ante Nacional de Montevideo en el Campus de Maldonado le cae como anillo al dedo. No sólo por la consideración internacional que acredita el rival, sino porque deberá sortear el escollo de un equipo que también recorrerá el camino de la Libertadores del 2001. Con todo lo que eso significa en estos tiempos, donde el plus de jugar afuera de casa no se compra en el almacén de la vuelta de casa.
"Este equipo ya ha dado muestras más que elocuentes que está para pelearle de igual a igual a cualquiera, y en cualquier cancha. Los partidos que jugamos el año pasado ante Corinthians y Vasco Da Gama dan fe de lo que dijo", repitió el Patón cada vez que la pregunta intentaba poner en duda la madurez que denunciaba su equipo en paradas internacionales.
Lo cierto es que en esta etapa donde sumar ritmo futbolístico y minutos de juego se transforma en el obstáculo a superar tanto o más que el rival en sí, Central está ante otra chance de consolidar que la sumatoria de pruebas superadas en el 2000 no fueron fruto de la casualidad del momento y de la circunstancia favorable que genera jugar en el Gigante.
Si bien para los rosarinos el ensayo en tierras uruguayas no afronta características de clave, la importancia del compromiso radica en saber a ciencia cierta dónde está parado el equipo para encarar lo que viene y saber si el esquema de tres enganches como la alternativa ofensiva va sumando coordinación y por ende, horas de vuelo en el terreno de juego.
Hasta hoy, y a juzgar por lo visto en los dos mini ensayos que protagonizó en La Cumbre, y en el alterado partido del jueves ante Central Córdoba, el equipo del Patón entusiasma más por calendario y compromisos que por actualidad futbolística. Bauza no desconoce esta sensación, pero apela al facilismo de anteponer la cuestión física para analizar la sorprendente anemia futbolística que exhibió el equipo ante los charrúas.
Hoy puede ser un gran día
Quizás sean acertadas las excusas del Patón cuando afirma sin dobleces que el equipo todavía está procesando los diez días de rigor en La Cumbre, por eso sería cuanto menos importante que esta noche empiece a mostrar su credenciales internacionales ante los tricolores, ya que el debut copero en Barranquilla está a la vuelta de la esquina.
Aunque la dimensión futbolística del conjunto de Arroyito, por ahora, no está en correspondencia con la cargada agenda para la temporada 2001, el partido de esta noche en Maldonado contiene aristas positivas para empezar a buscar el rumbo futbolístico que el Patón quiere.