La evolución del cuidado de la salud humana está marcada en la actualidad por el concepto de la prevención. Evitar antes que curar; ya sea el cáncer, las enfermedades de transmisión sexual (ETS), las patologías crónicas o aquellos males más antiguos y reconocidos, como es el caso de las caries.
Con este objetivo un equipo de científicos de la Universidad de Alabama en Birmingham, Estados Unidos, realiza pruebas con una vacuna que, aplicada en la infancia, podría reducir la incidencia de esta enfermedad dental que afecta a alrededor de un 98% de la población.
La premisa del grupo de investigadores es que, neutralizando la acción de una bacteria denominada streptococcus mutans (principal responsable de la aparición de caries), se pondría fin al problema, incluso antes de que se manifieste. Para ello, plantean el uso de una vacuna que induce al organismo a responder ante el más mínimo rastro de este germen, atacándolo.
Todavía a prueba
Semejante a las vacunas tradicionales, el método consiste en inocular en el organismo proteínas estériles, es decir, fragmentos inocuos de la bacteria. Esto genera una respuesta inmune en el cuerpo, que queda en la "memoria" de este ante los futuros ataques del invasor.
Suzanne Michalek, profesora de microbiología en la Universidad de Alabama y colaboradora del estudio, explica que las pruebas realizadas en varios grupos de adultos han consistido en probar la respuesta de su saliva ante la vacuna. "Además, se ha evaluado el efecto de la respuesta en el retraso de la re-colonización de la placa bacteriana".
Actualmente, los científicos estadounidenses se preparan para iniciar pruebas clínicas con niños menores, por lo que se espera poder comercializar la vacuna recién dentro de unos siete u ocho años. En este período también deberá estudiarse si una segunda aplicación de la vacuna es necesaria luego de que los dientes definitivos aparezcan.
Lenta acción del enemigo
Marcela Alcota, endodoncista del Servicio Dento-Maxilo Facial del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, explica que de las tantas bacterias que pueblan la cavidad bucal, la streptococcus mutans "produce ácido a partir de la fermentación de los hidratos de carbono o azúcares (especialmente la sacarosa). Y este ácido es el que provoca la disolución del esmalte del diente". Así es como la acción de la streptococcus mutans llega a la parte más sensible de las piezas dentales, pudiendo incluso dañar el nervio y causando, eventualmente, la pérdida total del diente.
La iniciativa de evitar que las bacterias produzcan las caries no es una cosa nueva. Anteriormente, equipos británicos habían trabajado en vacunas basadas en hierbas. Es más, otros científicos intentan conseguir el mismo efecto mediante otras técnicas como una goma de mascar tratada en laboratorio y aerosoles aplicados directamente en la cavidad bucal para eliminar los agentes dañinos.
No obstante, el especialista de la Universidad de Chile destaca que estos intentos no dieron buenos resultados porque protegían por un máximo de cuatro meses y sin conocer realmente su efectividad. Añade que "existen otros factores que hay que considerar, como es dieta, los hábitos de higiene y características del huésped, entre otros".
A pesar de eso, Michalek se muestra optimista: "Nosotros esperamos que nuestra vacuna contribuya como otro método disponible para ayudar en la prevención de las caries alrededor del mundo".