Un dogo argentino le fracturó el cráneo, desgarró la duramadre (cubierta externa del cerebro) y le produjo múltiples heridas en el cuero cabelludo a un nene de casi dos años. El pequeño, que es hijo del dueño del animal, tuvo que ser sometido a una neurocirugía de urgencia y ayer evolucionaba favorablemente en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela. Según revelaron fuentes de ese hospital, esta no sería la primera vez que el niño se convierte en víctima del perro. Es más, en los registros de la guardia hay constancias que indican que ya lo había agredido "en varias oportunidades".
El accidente se produjo el domingo al mediodía en el patio de un vistoso chalet de calle Guatemala 1150, en la zona oeste de la ciudad, cuando el hijo del matrimonio Zatta, un pequeño de 23 meses, fue atacado por el dogo de su padre.
"Lo que pasa es que el perro le tenía celos porque había llegado a la casa antes que el nene", confesó ayer la abuela del pequeño desde atrás de unas grandes rejas blancas que cercan la casa, al tiempo que explicó que el ataque del animal se desencadenó porque el niño "le sacó un hueso".
No obstante, y a pesar de las consecuencias que ocasionó la agresión, la mujer subrayó que el perro "siempre se portaba bien. Fue algo que tenía que pasar y pasó", indicó.
Según el relato en el que coincidieron varios vecinos consultados ayer por La Capital, el dogo habría tomado al niño por la cabeza y lo habría arrastrado hasta debajo de un auto, de donde lo rescató la abuela. Pero la mujer se negó a contar los detalles del accidente y solo se limitó a decir que "lo mordió".
El pequeño ingresó a la guardia del Vilela cerca de las 14 del domingo presentando un "hundimiento de cráneo en la región témporo-parietal izquierda y lesiones en el arco superciliar" del mismo lado. Una hora más tarde, lo trasladaron al quirófano donde fue intervenido.
Dos fracturas en el hueso frontal
"En las radiografías que se le practicaron se detectaron dos fracturas en el hueso frontal, por lo que se determinó realizar la cirugía", señaló ayer Juan Godes, el neurocirujano que practicó la intervención.
Según explicó el profesional, "la duramadre -cubierta externa que protege al cerebro- estaba desgarrada y muy contaminada, lo que motivó que se limpiara bien la zona, ya que se corre el riesgo de que se genere una infección que podría derivar en una meningitis".
Godes puntualizó que "al desgarrarse la duramadre, el cerebro queda muy expuesto y se torna muy vulnerable". En cuanto a las fracturas en el hueso frontal, indicó que "eran muy puntiformes. Estaban situadas una por encima de la órbita izquierda y la otra también sobre el lado izquierdo pero más hacia la parte media de la cabeza", informó.
El profesional reveló además que "los sectores de hueso fracturados fueron extraídos", y subrayó que el pequeño no poseía ningún hematoma intracraneano.
Por último, destacó que la cirugía "no tuvo inconvenientes" y que la recuperación post operatoria fue "muy buena".
No obstante, y a raíz de la posibilidad latente de una infección, el \chiquito quedó internado y se le están suministrando antibióticos por \vía endovenosa, situación que, según informó el neurocirujano, \"persistirá durante una semana". Los médicos de guardia indicaron ayer \que el pequeño “evoluciona bien".
Temor de los vecinos
"Es un perro enorme, de unos cincuenta kilos, que siempre está en el patio y nunca lo sacan a la vereda", indicó ayer una vecina a metros de la casa en donde vive el dogo. La mujer señaló además que no deja que su hijo pase cerca de las rejas del domicilio de la familia Zatta. "Tengo un nene chiquito y siempre evito pasar por esa vereda, porque el dogo se viene desde el fondo y saca la cabeza por entre los barrotes", dijo.
Los orígenes del dogo argentino se remontan a principios de siglo, cuando el médico cordobés, Antonio Nores Martínez, se entusiasmó con la idea de tener un perro adecuado para la caza del puma. Con ese objetivo viajó a Europa donde compró animales de diferentes razas como el bull terrier, el bulldog, el mastín español, el mastín de los pirineos, el dogo alemán y de Burdeos, el pointer, boxer, el galgo irlandés y otros perros de pelea.
El dogo argentino surgió del cruzamiento de esas razas y hacia 1931 ya tenía sus características propias. Se trata de un perro muy resistente y robusto, de estructura maciza y musculosa, insensible al dolor, capaz de combatir con animales más grandes que él y matarlos.
Según la información difundida al respecto en Internet, este animal se diferencia además de otras razas por su comportamiento, debido a que ladra en raras oportunidades con el objetivo de no hacer notar demasiado su presencia.
El titular del Instituto Municipal de Sanidad Animal (Imusa), Adrián Santos, recordó que en Rosario durante la década del setenta "el club del dogo tuvo su gran apogeo, con proliferación de competencias y exposiciones".
Por su parte, el médico veterinario, Carlos Cossia, explicó que "se trata de un perro de conducta inconstante. Fue creado para la caza y la pelea, por lo que ya tiene un carácter firme".
El profesional subrayó además que "en el futuro se va a tener que legislar sobre este problema en la ciudad. Hay que volver a instaurar las viejas ordenanzas que exigían bozales y correa de identificación para los perros que se sacan de paseo", señaló.
"Enciende una luz de alarma"
"El dogo argentino siempre enciende una luz de alarma", explicó Cossia y subrayó que esa clase de perros "generalmente tienen un antecedente agresivo. Lo que sucede es que la familia donde vive el animal suele minimizar esos ataques y hasta le buscan un justificativo. Se suele decir que reaccionó mal porque alguien le pisó la cola o le sacó el alimento", ejemplificó.
No obstante, puntualizó que "ante un ataque del animal, lo primero que hay que hacer es separarlo de la familia".
Precisamente esa decisión es la que enfrenta las posiciones en el seno de la familia Zatta ya que, según las versiones de los vecinos, "el padre del nenito accidentado adora al animal y no quiere desprenderse de él".
Es más, ocasionales testigos de la llegada del pequeño al hospital le relataron a este diario que la familia se enfrascó en una fuerte discusión en torno al futuro del perro a metros del quirófano donde estaban operando al niño.
Ayer, y cuando La Capital le solicitó permiso a la abuela del nene para fotografiar el animal, la mujer se excusó: "No lo queremos molestar, está durmiendo".