El general Augusto Pinochet debe ser interrogado mañana por primera vez por el juez especial Juan Guzmán, en un trámite que podría decidir si enfrentará juicio bajo los cargos de homicidio y secuestro, o si nuevamente su salud lo rescatará de las manos de la Justicia, tal como ya ocurriera en Gran Bretaña. Guzmán ya sometió a proceso a Pinochet el mes pasado, pero la Corte Suprema anuló el encausamiento porque el juez no había cumplido con el trámite de interrogarlo. Tras el interrogatorio -que Pinochet y sus abogados aceptaron cumplir tras una negativa inicial- Guzmán quedará en condiciones de decidir un nuevo procesamiento. Esta vez, sin embargo, hay un nuevo elemento en el caso: Guzmán tiene en sus manos los resultados de los exámenes médicos que mostraron que Pinochet sufre de una "demencia vascular subcortical de leve a moderada". Ayer se supo que el perito de la parte acusadora no firmó este diagnóstico, en disidencia con los especialistas oficiales y el perito de la defensa.
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