Santiago. - El jefe del ejército chileno recordó que la institución jamás se alejará del general Augusto Pinochet pero advirtió que "el ejército es más importante que las personas". El general Ricardo Izurieta también aseguró que el ejército no posee más información sobre detenidos desaparecidos que la que ya entregó al gobierno. En una larga entrevista publicada por el diario El Mercurio, el general Ricardo Izurieta calificó de "hechos repudiables" el haber arrojado al mar cadáveres de disidentes asesinados bajo el régimen de Pinochet, como reconoció recientemente el ejército. Reiteró, sin embargo, que las peores violaciones de los derechos humanos se produjeron durante lo que los militares califican hasta el día de hoy como un período de "guerra interna" en el país tras el golpe de 1973. "Siempre las guerras producen hechos atroces", dijo Izurieta al diario. El jefe militar ha sido criticado por algunos allegados a Pinochet, incluso familiares, por no apoyar al ex dictador con suficiente fuerza frente a sus problemas judiciales. "A pesar de las críticas y las presunciones de que me he alejado de él (Pinochet), lo único que puedo asegurar es que jamás el ejército hará eso", agregó. Izurieta lamentó las críticas, "pero estoy cumpliendo con mi papel de comandante en jefe, y el ejército es más importante que las personas". Izurieta no entró en detalles, pero sus palabras parecieron aludir a las versiones de que él le dijo a Pinochet que debe someterse al juez que esta semana podría procesarlo bajo cargos de homicidio y secuestro de disidentes durante su régimen. Insistió en la entrevista que los militares entregaron honestamente toda la información que pudieron reunir sobre el destino de cientos de detenidos desaparecidos bajo la dictadura de Pinochet. Esas revelaciones incluyeron la confesión de que por lo menos 151 de los desaparecidos fueron arrojados al mar. Hasta ahora, sin embargo, ha resultado infructuosa la búsqueda en dos lugares en que, según la información entregada por los militares al presidente Ricardo Lagos, fueron sepultados otros desaparecidos durante la represión de la dictadura de Pinochet (1973-90). El fracaso en la búsqueda ha producido decepción e irritación en los familiares de las víctimas y en círculos políticos, incluso en el gobierno, y arrojado dudas sobre la veracidad de la información provista por los militares chilenos.
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