Jerusalén. - Un tribunal israelí sentenció a un colono israelí a prestar servicio comunitario y al pago de una multa por el asesinato a golpes y puntapiés de un niño palestino de 11 años. El padre de Helmi Shusha expresó su indignación y acusó al tribunal de emitir una "licencia para matar". El tribunal de distrito de Jerusalén sentenció a Nahum Korman, de 36 años, a seis meses de servicio comunitario y al pago de 17.500 dólares por el asesinato perpetrado en octubre de 1996 en Cisjordania. La juez Ruth Or dijo que no enviaría a Korman a prisión porque la Corte Suprema lo encontró culpable sólo de homicidio por negligencia". Or exoneró a Korman en el primer juicio, pero la Corte Suprema revocó su veredicto. La sentencia fue acordada por la fiscalía y la defensa, aunque Korman insiste en que no tocó al niño. Cuando Hilmi murió, Korman era oficial de seguridad en un asentamiento judío cerca de Belén; entró a una aldea en busca de palestinos que habían lanzado piedras contra vehículos israelíes. La fiscalía argumentó que Korman golpeó y pateó al niño, lo tiró al suelo, puso el pie sobre su cuello y lo golpeó con una pistola. Hilmi, que sufrió una herida en la cabeza y la fractura de la columna vertebral, murió al día siguiente.
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