Atilio Pravisani
Esperanza. - La organización no gubernamental Vivir y un grupo de vecinos de esta ciudad denunciaron el volcamiento de residuos peligrosos en cavas sin el correspondiente tratamiento para el relleno sanitario y pidieron a la Justicia que se detengan estos depósitos que la curtiembre Sadesa (ex Meiners) intensificó en los últimos quince días. En este caso, el temor se torna mucho más inquietante ante la opinión de geólogos y especialistas de que el depósito de residuos tóxicos sin los resguardos técnicos de preservación establecidos por ley se pueda ver afectado el puelche, voz indígena con que se denomina a la reserva de agua potable de Esperanza. Estos datos se conocieron durante una reunión donde se exhibieron murales de fotografías tomadas al ingreso de camiones, motoniveladoras, tractores y acoplados llevando cueros tratados con cromo y chorreando líquidos pestilentes. En el encuentro se informó que "una de las cavas en cuestión fue prácticamente cubierta en los últimos días e incluso se la fumigó, mientras que otra ubicada cerca de la anterior estaría a punto de ser completamente tapada". Ambas se encuentran a unas 20 cuadras del centro de la ciudad y fueron escenario de una vigilancia permanente por la gente de Vivir. En una importante convocatoria realizada en la Sociedad de Canto de Esperanza, la geóloga Daniela Kroling describió con el apoyo de una proyección de diapositivas la constitución del suelo de la zona y las capas que lo conforman hasta las napas de agua, alertando sobre la posibilidad de que se contaminen las más profundas. Precisamente, la última de ellas es la que descarga en el río, de donde a su vez se retroalimenta. De esta forma, a través de los años, si la contaminación se apodera del río se puede perder la posibilidad de seguir teniendo agua potable en toda la ciudad. Por su parte, el técnico Daniel Pigozzi informó sobre cómo se construye un verdadero relleno sanitario y aclaró que las pautas para esa tarea "no se cumplen en los depósitos de las cavas donde se arrojan los residuos industriales de Esperanza". Según la organización Vivir, "en este caso se debe aplicar la legislación nacional sobre residuos peligrosos, ya que la cava no está preparada para esa finalidad sino para la basura domiciliaria, razón por la cual se intentó recurrir a la policía ya que el Tribunal de Cuenta está en el mes de feria", pero la fuerza de seguridad -según se escuchó en la reunión- no se preocupó demasiado ni tomó medidas al respecto. La demora policial mencionada contrasta con la rapidez con que se actuó cuando uno de los guardias de seguridad de la curtiembre, "temeroso por la presencia de numerosas mujeres con cámaras fotográficas, llamó a la policía y un patrullero llegó al lugar en menos dos minutos. Como no hubo alteración del orden el móvil policial se fue, pero quedó en evidencia la diferencia de trato con la denuncia de Vivir". En la ocasión los integrantes de la organización también anunciaron la apertura de un banco de sangre para los enfermos de cáncer y de una cuenta en la Mutual del Club Alma Juniors, para recibir donaciones para la asistencia de enfermos y sus familiares. La intensificación de las tareas de rellenado con el uso de camiones volcadores, palas mecánicas y camiones atmosféricos las 24 horas en la cava propiedad de la curtiembre Sadesa movilizó a la gente de Vivir y a numerosas mujeres, que con sus cámaras fotográficas registraron todo ese despliegue. Los barros estabilizados es lo que queda de los efluentes industriales procesados por la planta de tratamiento, que colocados en bolsas de arpillera plástica son arrojados a una cava de la empresa, la que en los últimos días fue tapada apresuradamente con tierra transportada por una incontable cantidad de camiones, que no pararon de llegar durante todo un día. De todas maneras, si bien se acentúa la actividad del tapado y acomodamiento, se debe precisar que en esa cava ya se depositaban residuos antes que funcionara la planta de tratamientos. Sin embargo, separada sólo por una laguna, ahora casi seca, aparece otra cava, a la que según directivos de Vivir van a parar residuos de la Planta 1, que es la planta de producción de Sadesa, generadora de los residuos. En este caso las fotografías permiten observar los ingresos y salidas de camiones y tractores sin patentes que llevan estos residuos y la llegada inmediata de camiones trayendo tierra y las palas mecánicas que la acomodan y apisonan. El movimiento en este sector sigue siendo incesante, y de allí que Vivir no sólo pidió que se paralice este depósito de residuos peligrosos, sino que además se destape lo que se encuentra cubierto de tierra para verificar el relleno sanitario. Al ingreso de camiones y tractores en las cavas se le suma el de camiones atmosféricos sacando líquidos ya que los barros estabilizados también pierden líquidos llamados lixidiados por la ley de residuos peligrosos, que no son sólidos como los barros. Sin embargo, un barro químico como estos por más estabilizado que esté en la planta de tratamiento, conserva un cierto contenido tóxico y en este caso si contienen restos de cromo deberían volver a la generadora ya que la planta de tratamientos industriales no trata específicamente el cromo ni tampoco los metales pesados, que deben ser tratados por cada empresa en su planta.
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