Los chinos saludarán en la madrugada del miércoles el Año de la Serpiente. Con esta fiesta de Año Nuevo acaba, según el calendario lunar chino, el año del Dragón. Pero los chinos supersticiosos temen también en este nuevo año más acontecimientos dramáticos -levantamientos, inquietudes financieras o incluso revoluciones- como consecuencia de los excesos del dragón. En ese marco, recuerdan que 1989, el año de la sangrienta represión del movimiento democrático, fue el último año de la Serpiente.
La serpiente es el quinto de los doce signos del círculo animal chino. Está considerada lista y sensual, pero también mala y traicionera. Picasso era serpiente, al igual que Mao Tsetung y Abraham Lincoln, o Brooke Shields. Por qué incluso Bart Simpson es del símbolo de la serpiente es un misterio, ya que el que nace en el año de la serpiente se supone que tiene una gran sabiduría y habla poco, al menos es lo que se dice.
Los nativos de la serpiente son a menudo muy distintos, pero coinciden en que tienen suerte con el dinero y pueden ser un poco avaros. Dudan de los juicios de otros y prefieren confiar en sí mismos, aunque a veces se pasan. Odian fracasar. De ellos se alaba su rápido entendimiento y que son objetivos, ven venir los problemas y pueden abarcar fácilmente situaciones complejas.
Se los considera posesivos y exigentes, pero también son amantes muy pasionales y celosos. En el matrimonio tienen con facilidad problemas. Sus mejores amigos son los nativos del dragón, el gallo y el búfalo, y estos dos últimos están considerados además los cónyuges más apropiados para los serpiente. Todo lo contrario del tigre, que al parecer se lleva muy mal con la serpiente, al igual que el mono o el cerdo.
Buen año para el gobierno chino
A pesar de ello, a Jiang Zemin, que nació en el año del Tigre, se le pronostica un buen año de la Serpiente. El jefe de Estado y del Partido Comunista Chino podrá rodearse de más apoyos y tendrá seguridad y estatus a través del poder.
El primer ministro, Zhu Rongji, podrá encontrar "buenas oportunidades y podrá mostrar destreza en la regulación de la economía", algo que por lo demás no sorprende en el principal dirigente económico de China.
De igual modo no se necesita a ningún adivino que anuncie que el nuevo presidente estadounidense, George W. Bush, tendrá que luchar durante la primera mitad del año para mantener el poder en sus manos. Por contra, para el mandatario ruso, Vladimir Putin, hay buenas noticias: se le vaticina un año estable y económicamente mejor.
Es difícil decir cuántos se creen todo esto, pero lo cierto es que las décadas de ideología comunista y de nivelación de las clases sociales no han logrado desterrar las muy arraigadas supersticiones.
Alrededor del jiaozi
De igual manera se siguen respetando las tradiciones, como que en año nuevo se reúnen las familias para comer jiaozi, una especie de pasta que simbolizan la riqueza.
Durante días, el país chino está prácticamente paralizado, sólo los trenes y los autobuses circulan sin parar para reunir a varios cientos de millones de personas. Tan sólo en tren se espera que viajen 134 millones de personas. Otros 29 millones de chinos lo harán en barco, mientras que 7,3 millones utilizarán el avión.
Sin embargo, la mayor alegría de los chinos en el Año Nuevo, los fuegos artificiales, están prohibidos desde hace años en las grandes ciudades por motivos de seguridad. Y es que cuando hace ocho años Pekín permitió -por última vez- los cohetes, hubo 238 incendios y 544 heridos.
La Ciudad
