Buenos Aires. - Para el gobierno de George W. Bush, América latina seguirá siendo "residual" en su política exterior, el mayor desafío será el mundo andino, en especial la convivencia con Hugo Chávez de Venezuela y la Cuba de Fidel Castro, y habrá que prestar atención al gabinete de línea dura del mandatario estadounidense, que no descartará el uso de la fuerza para solucionar problemas. Así lo afirmó en una entrevista el titular de la cátedra de relaciones internacionales de la Universidad de San Andrés, Juan Gabriel Tokatlian, quien además definió a Bush como un "líder con no muchas cualidades" y no desestimó la posibilidad de "una relación menos traumática entre Cuba y EEUU". "El primer punto claro es que no hay perspectivas de que cambie en el orden de prioridades el lugar de América latina dentro de la política exterior de EEUU, porque ésta es una región considerada segura, donde hay intereses importantes, pero no vitalmente estratégicos para ellos", indicó Tokatlian, quien sin embargo dejó entrever que hay muchos interrogantes sobre cómo manejará el nuevo gobierno las relaciones con Latinoamérica.
Según el especialista, otro tema que hace que América latina no sea prioritaria es que que Bush necesitará concentrar muchos esfuerzos internamente, porque tiene que darle legitimidad a su mandato y porque se acabó el boom de la expansión económica norteamericana y comienza un proceso de recesión. "Por otra parte, los temas sociales que están candentes en EEUU van a ocupar mucho la atención de Bush y en este contexto América latina se vuelve residual en tanto y en cuanto no genere algún tipo de dificultad a esa agenda doméstica como puede ser Colombia", afirmó.
En cuanto al Plan Colombia, Tokatlian dijo que "será más una forma de intervención indirecta, que una forma de intervención directa de EEUU porque no habrá despliegue de tropas, ni presencia de marines". Estimó que "Bush va a echarle la culpa del Plan Colombia a Bill Clinton y va a decir que hay cosas que son rescatables y lo más probable es que se comprometa a incrementar la asistencia, siempre y cuando el gobierno colombiano decida confrontar más directamente con la guerrilla".
Sobre la relación del presidente Chávez con la Casa Blanca, indicó que ya el mandatario venezolano "completó las reformas políticas que tenía previstas y ya hizo los gestos necesarios hacia el exterior, esto es que viajó a Irak, revivió la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), le habló duro a EEUU y se quejó ante la eventual vietnamización de Colombia". "El punto delicado es saber si Chávez va a decidir tocar las bases y los intereses económicos nacionales e internacionales, porque es allí donde creo que, si profundiza su revolución bolivariana en términos económicos, más temprano que tarde va a tener una relación muy difícil y conflictiva con EEUU", añadió.
En esta línea, dijo que si Chávez se conforma con la reforma política, con la retórica internacional y es muy gradualista y muy medido en el campo económico va a tener una relación compleja pero no antagónica con EEUU". "Yo diría que en los primeros seis meses de este año vamos a ver ahí muchas de las definiciones temáticas importantes de esta administración republicana", aseguró.
Asimismo, predijo que la relación con Brasil "va a ser difícil, marcada por contradicciones, porque Brasil es el único polo sudamericano que tiene un proyecto propio y serio de preservar su influencia y operar como un poder medio influyente en los asuntos internacionales". "Brasil quiere un mejor poder de negociación y llegar a un eventual Alca (Area de Comercio de las Américas) en términos más favorables a sus intereses y esto es distinto al deseo de EEUU de tener un área segura, de tener a todo el mundo aleccionado y no creo que quieran tener líderes en la región, a menos que éstos sean cercanos a sus intereses", dijo.
Sostuvo que "Brasil ve con preocupación una región andina conflictiva, con eventual presencia de tropas norteamericanas, con posibilidades de dispersión del negocio de las drogas, un incremento de la criminalidad organizada, e interpreta que muchos de los problemas se han excerbado como producto de las políticas erróneas de EEUU, entonces ahí también hay otro punto de tensión".
El voto anticastrista
Sobre la relación entre EEUU y Cuba, Tokatlian dijo que "si Bush interpreta que su triunfo se debió al voto cubano en Florida y que eso le genera compromisos que hacen ineludible una relación confrontacional con Cuba, creo que vamos a ver una situación donde ni el embargo se va a levantar, ni las relaciones se van a mejorar". "Si cree que debe liberarse de la identificación de que su triunfo fue solamente por los cubanos, y que el suyo es un mandato nacional y quiere sacarse el complejo de encima, podemos encontrarnos sorpresivamente ante una eventualidad de una relación menos tensionante y menos traumática", agregó.
Al ser consultado acerca de su opinión sobre Bush como líder, respondió: "No creo que Bush sea un líder que tenga muchas cualidades, nada indica que lo haya sido y poco indica que lo vaya a ser". "Yo creo que, a los efectos de la política exterior, Bush tiene un gabinete de línea dura, que va a ser muy influyente sobre un presidente que no tiene ninguna experiencia internacional", subrayó Tokatlian, que no descartó el uso de la fuerza por parte del nuevo gobierno norteamericano para solucionar problemas a nivel internacional.