Ritmo, color, brillo y danza. Los carnavales rosarinos Odisea 2001 prometen noches a pura fiesta en el parque Scalabrini Ortiz, como lo hicieron anoche y lo harán hasta el primer fin de semana de marzo. Más de dos mil bailarines de distintos barrios desfilarán por el corsódromo reunidos en comparsas, las cuales tendrán un particular significado. La entrada cuesta 5 pesos para los mayores de 14 años, mientras que los menores que llegan acompañados de sus padres no pagan. Al cierre de esta edición, las comparsas llenaban de color y música la noche rosarina. Mientras los vecinos del barrio Islas Malvinas presentan su comparsa Cabaret, que intenta recrear los aires misteriosos y arrabaleros de Pichincha, los integrantes de zona oeste se encargan de hacer estallar el color y la magia circense con la carroza El Circo. Los habitantes del barrio Las Flores realizan una sátira sobre el poder a través de Fondo Monetario Internacional (FMI). "Este año viviremos una experiencia nueva, porque en la organización no nos preocupamos tanto por el brillo y la estética, sino por la contención social", expresó el director artístico de los carnavales, Dante Taparelli, quien agregó que "el color de las comparsas se adapta a los tiempos que estamos viviendo". Además de las 250 personas que integran las carrozas oficiales, forman parte del espectáculo diez comparsas vocacionales que competirán por premios en efectivo. "El objetivo del carnaval es lograr que los rosarinos que tienen el niño adentro pero vivo despierten el dormido de muchos otros", declaró Taparelli, convencido de que "la ciudad necesita fiestas populares para que la gente se encuentre. Por eso, nuestra intención es levantar el carnaval de hace años". Con el objetivo de reunir a gente paradigmática de la ciudad, Rita La Salvaje será la reina de la Odisea 2001. "Rita encabezará la carroza Cabaret todas las noches", aseguró Taparelli. Más de dos mil bailarines desfilarán todos los fines de semana al son de la música que elaboró cada comparsa. Ayer empezaron, y con ellos los rosarinos comenzaron a revivir los carnavales de hace años, donde la alegría y el brillo formaban parte del escenario.
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