Edmundo Alfredo Grand, el muchacho de 24 años que desapareció misteriosamente de su casa el pasado 29 de diciembre, fue hallado el miércoles en la Capital Federal en forma casual. El joven, que padece alteraciones mentales, estaba internado en el hospital Borda de esa ciudad, donde aún permanece. Sus familiares supieron dónde estaba porque uno de los profesionales de Capital Federal que atendió al joven es conocido del médico personal que lo asiste periódicamente y así fue que éste pudo enterarse. Anteayer la madre y los hermanos de Edmundo viajaron hacia allí para ponerse en contacto con él, quien les dijo que se había marchado porque quería encontrar trabajo.
Edmundo se había ido de la vivienda que comparte con su madre y sus hermanos en Dorrego al 1800 la noche del 29 de diciembre con la excusa de que cruzaría a la isla con algunos amigos. Sin embargo, las averiguaciones hechas por su familia llevaron a descartar que hubiera hecho eso. El pasar de los días y la falta de certeza sobre su localización llevó a la madre, Norma Maffei, a presentar una denuncia por averiguación de paradero.
La vida de Edmundo transcurrió con normalidad hasta su adolescencia, pero cuando cumplió los dieciocho años los médicos diagnosticaron que padecía esquizofrenia. La enfermedad le impidió finalizar sus estudios secundarios. Desde entonces estuvo medicado y asistido permanentemente por un psiquiatra. Además, cada tres o cuatro meses, era llevado a Buenos Aires para un control con otro profesional, el médico Guillermo Dorado. Precisamente él encontró a Edmundo en el hospital psiquiátrico Borda de la Capital Federal.
Norma Maffei, la madre del joven, definió al hallazgo "como una obra de la coincidencia". El lunes pasado Edmundo caminaba "con el torso desnudo" por el barrio porteño de Constitución con un destino incierto. "Como los vecinos lo vieron dando vueltas decidieron llamar al Same" (sistema de emergencias porteño), explicó Norma.
Luego de comprobar su estado mental, los médicos trasladaron al muchacho al Borda. El joven ingresó al centro asistencial sin identificación ya que no tenía documentos. Sólo pudo decir que "era Edmundo, de Rosario.
Pero el miércoles pasado un llamado telefónico allanó el camino para el reencuentro de Edmundo con su madre. La mujer se comunicó con Dorado para consultarlo acerca de qué medicación debería "tomar" su hijo en caso de que apareciera. El médico le dio entonces la noticia: le anunció que presumía que la búsqueda había llegado a su fin.
Por una mera casualidad, el médico del Same que atendió al joven desaparecido es amigo de Dorado y le dio datos precisos acerca de sus rasgos físicos. "Apostaría a que se trata de su hijo. Me dijeron que es un muchacho alto, de pelo rubio y que dijo llamarse Edmundo", le dijo Dorado a la mujer.
Viajar y trabajar
Con la certeza de que su hijo estaba internado en el Borda, Norma viajó anteayer a la Capital Federal. El reencuentro, según Norma, fue doloroso, aunque muy emotivo. "Me dijo que se había ido porque ya era grande y quería trabajar. Pero también me comentó que quería ir a la costa".
Sin embargo el muchacho no le explicó a la madre cómo había transcurrido su estadía en Buenos Aires. Solamente recordó el itinerario que realizó. Dijo que se subió a un colectivo en la terminal y descendió en San Nicolás, pero a partir de allí no pudo reconstruir el trayecto que hizo.
Edmundo es un muchacho de gran contextura física: mide casi un metro noventa de estatura. Ahora permanecerá internado en el Borda hasta el miércoles. Ese día Norma viajará nuevamente a buscarlo y se reencontrará definitivamente con su hijo.
La Ciudad
