Washington. - Cuando George W. Bush jure hoy como el 43º presidente, consolidará a su familia como la políticamente más poderosa de EEUU. En la historia de esta nación sólo los Adams fueron capaces de llevar a la Casa Blanca a dos de los suyos. El primero fue John Adams, quien gobernó entre 1797 y 1801, el otro fue su hijo John Quincy Adams, quien lo hizo entre 1825 y 1829. Desde entonces ninguna de las familias políticamente poderosas pudo, hasta ahora, volver a reeditar ese mérito.
A diferencia de los Adams, el 43º presidente tendrá a su hermano Jeb gobernando simultáneamente un Estado de importancia como Florida y el padre, George Bush, estará entre bastidores como la figura paternal dispuesta a apoyar en lo que haga falta a sus hijos, como lo hizo en la reciente campaña electoral. "Dinastía significa algo heredado", comentó el presidente electo a mediados del año pasado. "Nosotros heredamos un buen apellido, pero no heredamos el voto", aclaró al referirse que él se ganaría a pulso la Casa Blanca.
En el actual escenario estadounidense, sólo los Kennedy pueden competir con los Bush, aunque evidentemente ya no son la familia políticamente más poderosa de la nación. Los Kennedy, según la descripción de los historiadores, son descendientes del mítico Camelot, tienen el glamour que les caracteriza y distingue y es la "única tribu" con una tradición de lealtad.
Carl Sterraza, al escribir sobre las grandes familias en EEUU, señaló que la dinastía requiere ambición, dinero y un proyecto. "El fundador de una dinastía pone toda su pasión y talento en la construcción de un imperio. Sus hijos aprenden de cada triunfo y derrota", escribió ese autor.
Política y negocios
El fundador del clan Bush fue George Herbert Walker Bush, quien se estableció a mitad del siglo XX en Texas, donde vio que tenía la oportunidad de hacer política y negocios. Tenía el precedente de su padre, que fue senador por el Estado de Connecticut. Después de la Segunda Guerra Mundial, Bush emergió en Houston como uno de los republicanos más influyentes. Fue elegido para servir en el Congreso de Washington en dos ocasiones. Sus biógrafos sostienen que desde esa época se dedicó a enseñar a sus dos hijos mayores los secretos de la política.
Bush padre llegó a la jefatura de la CIA y después fue el vicepresidente de Ronald Reagan, entre 1980 y 1988, para acceder finalmente a la Casa Blanca en 1989 como presidente. Bill Minutaglio, autor de "La dinastía Bush", asegura que el alumno aventajado resultó ser George Walker Bush o "W" como se le conoce en familia, el que jura como el 43º presidente.
El apellido y la influencia de la familia abrió las puertas a George Walker a los negocios y la política. Sin las conexiones, dicen sus historiadores, nunca habría podido lograr la oportunidad para llegar a la Casa Blanca.