Los menonitas quieren radicarse en Salta

Varios representantes de esa colonia están interesados en desarrollar la producción ganadera

Representantes de una colonia menonita, instalada en la zona paraguaya de Filadelfia, llegaron ayer a Salta para analizar la posibilidad de radicar algunas de sus familias en el norte de esta provincia, donde buscan campos en los que puedan vivir y desarrollar la producción ganadera.
El secretario de Empleo salteño, Aníbal Caro, explicó que "es una comunidad menonita que está interesada en traer parte de sus familias hacia algún punto de Salta, por lo que están viendo la posibilidad de adquirir campos y analizando la predisposición gubernamental, tanto nacional como provincial".
El funcionario formuló el anuncio tras el encuentro que mantuvieron ayer 14 colonos de la cooperativa Loma Plata, que está ubicada en la zona de Filadelfia, en Paraguay, con el vicegobernador de Salta, Walter Wayar, en la casa de gobierno provincial.
"Ellos buscan iniciar un plan de colonización, lo que sería muy importante, por la generación de fuentes laborales", expresó Caro, y agregó que el gobierno de Salta, a través de Wayar, les "adelantó su predisposición para que ellos puedan concretar su objetivo".
Esta comunidad menonita, cuya organización institucional está basada formalmente en el sistema cooperativo, se dedica a la producción ganadera, y son los segundos proveedores de lácteos en el Paraguay.
Según el secretario de Empleo, primero piensan trasladar unas 50 familias hacia Salta, donde las zonas preferidas son el norte del departamento San Martín y la localidad de Santa Victoria Este, porque están a unos 200 kilómetros de la actual ubicación de las colonias en Paraguay.
"Ellos tienen previsto ahora empezar con los contactos a nivel nacional, para ver cómo se dan las cosas, y hemos confeccionado una agenda de trabajo para avanzar en una serie de preguntas y reunirnos dentro de 30 días", acotó el funcionario.
La principal razón por la que esta comunidad busca radicarse en Salta es la falta de espacio en Paraguay, donde -según Caro- "no tienen ningún inconveniente en la apertura con los colegios y los temas religiosos, que son los problemas que generalmente tienen este tipo de comunidades".