Santiago. - El presidente Ricardo Lagos dijo ayer que siente rechazo por los crímenes cometidos durante la dictadura militar de Augusto Pinochet, y agregó que el nuevo comandante en jefe del ejército que deberá designar a fines de año no debiera tener objeciones respecto a sus actuaciones en derechos humanos. "Uno designa un comandante en jefe que considera más adecuado para el funcionamiento de una institución. Son muchos los elementos que influyen. Ese (el de no tener manchas en derechos humanos) también, por cierto", dijo Lagos.
Lagos, quien hace 10 meses asumió el gobierno, tiene que designar a fines de año al sucesor del general Ricardo Izurieta, quien cumple en marzo su período de cuatro años. El mandatario debe elegir entre las primeras cinco antigüedades al nuevo jefe y uno de los que se menciona como favorito es el general Juan Emilio Cheyre, actual jefe del estado mayor del ejército. Cheyre fue mencionado hace unos meses en relación a la ejecución sumaria de varios prisioneros en la norteña ciudad de la Serena, pero fue desmentida.
Formales elogios
El mandatario chileno, quien no tiene facultades para remover a los jefes castrenses, no se refirió expresamente a la labor cumplida por Izurieta, pero destacó el rol de los actuales jefes militares al revelar parte de la información sobre el destino de 200 detenidos desaparecidos durante el régimen de Pinochet. Respecto de lo que hicieron (los militares) durante el período de la dictadura, siento un profundo rechazo, porque las cosas que allí se hicieron no tienen justificación. Y lo he conversado así con ellos", dijo el jefe de Estado.