El jefe del Comité de Emergencia Nacional (Coen) de El Salvador, Mauricio Ferrer indicó ayer que 666 personas murieron, 2.538 resultaron heridas y más de 70 mil viviendas fueron afectadas por el terremoto que azotó a El Salvador el sábado pasado. El funcionario señaló que hay 4.826 evacuados, 195 edificios públicos averiados y ocho hospitales sufrieron daños en las estructura.
De las víctimas mortales, según el jefe del Coen, 496 se encuentran en la provincia de La Libertad donde un alud sepultó a más de mil viviendas del barrio de clase media Las Colinas y donde aún continúan las tareas de rescate de cadáveres. Anteayer, un informe preliminar del Ministerio de Hacienda, señaló que el monto total de daños materiales en El Salvador no será menor a los mil millones de dólares, acercándose a los 1.350 que dejó el sismo que afectó esta nación centroamericana en 1986.
En tanto, desesperados salvadoreños intentaban identificar a sus familiares entre pestilentes bolsas negras con cuerpos de las víctimas del sismo. Por su parte, el gobierno se esforzaba en distribuir alimentos, bebidas, medicinas y cobijas entre decenas de miles de damnificados de la pequeña nación centroamericana.
Riesgo de epidemias
La policía nacional, que espera que la cifra de muertos aumente, dijo que el personal de emergencia ha evacuado a unas 50 mil personas de zonas peligrosas. Los rescatistas reconocieron que ya no hay esperanzas de hallar sobrevivientes bajo los escombros, y que se han concentrado en localizar y desenterrar los cuerpos a fin de reducir el riesgo de epidemias a lo largo de esta nación cafetalera de 6,2 millones de habitantes.
En medio de constantes sacudones que remecían la tierra, personal de emergencia la población de Santa Tecla, el área más afectada y ubicada en las afueras de la capital, descargaban los cuerpos de los camiones en bolsas de plástico. Los rescatistas permitían que los deudos, con su boca y nariz cubiertas debido al pestilente olor, buscaran en su interior para llevarse los cuerpos de sus seres queridos y sepultarlos. Los cuerpos no identificados son enterrados en fosas comunes.
Una masiva operación de ayuda internacional continuaba a pesar de centenares de réplicas del sismo que han alcanzado hasta 5 grados de magnitud y sacuden edificios, provocan nuevos deslaves y obligan a la gente a salir corriendo de sus ya de por sí dañados hogares u oficinas. La mayoría de los damnificados se albergaban en refugios temporales, el mayor de los cuales es un complejo deportivo al aire libre en la capital salvadoreña, que se ha convertido en hogar de miles de víctimas.
"Todo lo que tengo ahora es lo que está en mi mano", dijo Nubia Odena, sentada en un pedazo de cartón con sus hijos, de 4 y 5 años, mientras sostenía dos bolsas de plástico con pequeños sobres de agua y algunas prendas. Odena ha pasado tres noches en el complejo deportivo donde seis mil personas comparten 35 sanitarios portátiles y duermen al aire libre o en improvisados refugios hechos de plástico.
El ministerio de Salud dijo que teme posibles brotes de cólera por contaminación de agua, dengue o infecciones respiratorias. Hasta ayer no había reportes al respecto.
El gobierno estimó que el terremoto causó daños por mil millones de dólares en esta economía con valor anual de seis mil millones de dólares.