Año CXXXIV
 Nº 49.000
Rosario,
miércoles  17 de
enero de 2001
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Los cambios de texturas

El cantante nacido como Beck David Hansen el 8 de julio en 1970 en California, caracterizó su carrera (iniciada discográficamente en 1994 con el álbum "Stereopathetic Soul Manure") con una permanente inclinación al cambio y a las relecturas. Forjado en un ambiente familiar dominado por el country y el blues, el creador deambuló siempre en busca de agregarle matices a esos géneros o, en otro gesto capaz de sorprender, ofrecerlos en estados de pureza casi primitiva.
Si su ya citada placa debut misturó la tradición blusera con desplantes punks, su siguiente disco "Mellog Gold" (también de 1994) se inscribió en las arenas del rock alternativo que sembró Kurt Cobain.
En la tercera travesura en simultáneo de un prolífico y sorprendente año -titulada "One Foot in The Grave"- Beck regresó desde el punk para mostrar una pluma hiriente e irónica fuertemente influida por el naciente auge visual dentro de la industria de la música.
Tras dos años de aparente calma, el estadounidense entregó su máxima obra "Odelay", donde a la mistura sonora le agregó toques de sampleos y psicodelia para entregar la definición más acabada de un tiempo de cambios, retrocesos y avances dentro del rock. De la mano de ese álbum, el músico se convirtió en una referencia insoslayable para entender el cruce de tendencias musicales y, además, fue nominado como el más lúcido armador del rompecabezas de su tiempo.
Aún con tanta gloria a su alrededor, Beck abandonó el altar del rock "raro" que se construyó a su alrededor y hacia 1998 dio forma a "Mutations", un trabajo intimista donde su herencia folk se encuentra en delicado equilibrio con sentidas referencias a la bossa nova.
Para completar un círculo infinito que amenaza con no tener término ni medida, el intérprete despidió su década con "Midnite Vultures" donde otra vez abordó el desparpajo en la lírica y no tuvo reparos en dejarse atravesar por los aires del funk con una clara influencia de Prince.


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