De buen humor y con el rostro visiblemente descansado, el intendente Hermes Binner confesó regresar a su despacho "con renovado entusiasmo". Acto seguido, Binner reveló que el presupuesto del 2000, que había sido aprobado por el Concejo Municipal con un déficit estimado en los 6 millones de pesos, "ha terminado en cero, con lo cual se respetaron todos los contratos, convenios, mientras que el pago al personal y jubilados cobraron en forma regular". Además, el intendente acotó que la Caja de Jubilaciones de los Empleados Municipales, "que venía con un ejercicio deficitario de unos 13 millones, cerró sus balances en cero". Pero sin dudas que la novedad más auspiciosa fue el superávit que registró el Banco Municipal. En este punto, Binner mostró su interés en que la entidad financiera local "no sea un banco que arroje pérdidas porque luego las paga toda la ciudad" y remarcó que "hacía mucho tiempo que venía con un marcado déficit producto de las malas administraciones anteriores". También se refirió al plan de obras municipal para este año y remató: "Ahora tenemos la obligación de cumplir con los ciudadanos".
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