Una buena educación

Según expresó, Cristián Hernández Larguía sólo se enoja con la política, terreno en el que no tuvo empacho para descargar toda su artillería: Me enojo con la política y con los salames que nos tocan de presidente. Este es realmente el campeón; en 1999 publiqué un artículo en La Capital donde señalé que esperar un cambio en el hombre y en la sociedad por el sólo hecho de que cambiaba el milenio era como esperar un cambio en el gobierno de De la Rúa. Luego explicó: Me dijeron de todo; que no hay que decir esas cosas, que si uno piensa bien todo sale bien. Algo así como que si uno piensa que De la Rúa es divertido, va a ser divertido y si uno piensa que Menem es un tipo tranquilo y no un playboy, va a dejar de ser playboy. Pero ahí está todo lo que está pasando. La gente votó esto, así que se deben hacer responsables.
El notable director también negó haber tenido alguna vez militancia política. ¡Nooo!, jamás en mi vida, porque por suerte tuve una muy buena educación (risas). Piense que estaba en sexto grado en el Colegio Alemán y le pedía a mi padre que me sacara de allí porque veía venir el nazismo acá en la Argentina.... Y así fue; al año siguiente, en el Colegio Alemán se hacía el saludo y se cantaba el himno nazi y se vestían con la camisa caki, el correaje y el brazalete nazis. Por suerte tuve algunas cosas en claro de entrada. En la Guerra Civil Española simpaticé con el bando republicano y en la Segunda Guerra Mundial apoyé a los aliados contra el nazismo.
Sin guardarse nada Hernández Larguía también recordó que durante el gobierno de Perón estuve preso por oponerme al nazismo, lo que para mi confirma el nazifascismo de Perón.