Walter Palena
Carlos Salvador Bilardo se lanzó a la arena política convencido de que puede ser el sucesor de Fernando de la Rúa. Con un lenguaje atípico, desprovisto de los giros catedráticos, el ex director técnico del seleccionado argentino de fútbol enfatiza cada frase con una onomatopeya y la alarga hasta la exageración. Vos leés, leés y leés que renuncia el vicepresidente y habla desde afuera del gobierno. La gente tiene el derecho a pensar que los políticos no son todos normales. ¡Pum!, así de simple, dispara el candidato a presidente por el Partido por la Unidad (UNO) en una extensa entrevista con La Capital. Sus conceptos llevan la simpleza de un hombre que dice sentirse mejor en el cara a cara con la gente, sin pensar en las estrategias del marketing político y desdeñando a los asesores de imagen. Todo lo que tengo para exhibir es mi trayectoria en la vida, la de un hombre de bien, desgrana, convencido de que ese es el único capital político con el que cuenta para seducir al electorado. Como cuando dirigía a sus equipos, Bilardo se muestra como un hombre metódico y obsesivo, cuidando cada detalle en el aspecto organizativo de la agrupación política que fundó y que presentó en sociedad el primer día del siglo XXI. Una prueba de ello es la metodología que está empleando para captar adeptos a su causa: Ahora estamos diagramando la estrategia para las elecciones legislativas de octubre. Me reúno todos los días con cuatro o cinco personas que se interesan con nuestra propuesta, porque meter en una sola pieza a 100 tipos para explicarles todo es muy difícil. Si bien ahora ocupa su mente en la conformación de la lista para competir en las elecciones legislativas en los distritos de Capital Federal y provincia de Buenos Aires, Bilardo adelantó que piensa nacionalizar la estructura del partido UNO. Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba y Misiones son los lugares donde el candidato a presidente piensa poner pie en los próximos meses. -¿Cuáles fueron los motivos que lo llevaron a lanzar su candidatura? -Porque veo que la cosa se va agravando cada vez más. Uno tiene la confianza de que va a salir, va a salir, pero resulta que no salimos. Cuando aparecieron los primeros carteles que decían Bilardo 2003, me preguntaban por qué. Yo les decía que la Alianza no iba a poder gobernar, porque son dos partidos que no se ponen de acuerdo. Y el tiempo me dio la razón. -El gobierno está convencido de que con el blindaje se solucionan las cosas. ¿Está de acuerdo? -Eso va a depender de todos nosotros. Si yo encuentro un país como la Argentina y le tengo que prestar plata, se la voy a seguir prestando. Pero sin una Justicia independiente los capitales no van a venir a invertir. Hay que solucionar muchas cosas. ¡Mire lo que pasó en el Senado! Primero les piden la renuncia a todos y después el juez (Carlos) Liporaci les dicta la falta de mérito y quedó todo en la nada. Vos leés, leés y leés que renuncia el vicepresidente y habla desde afuera del gobierno. La gente tiene el derecho de pensar que los políticos no son todos normales. ¡Pum!, así de simple. -¿Qué hubiera hecho si hubiese estado en el lugar de Alvarez? -Sigo peleando a muerte. Desde adentro podés luchar, desde afuera es imposible. Una vez que te fuiste, ¡agarrate! -Sus cábalas ya constituyen todo un mito. ¿Ese fue el motivo por el cual lanzó su candidatura el primer día del 2001? -No es tan así. Pensé que era una fecha linda para lanzarme, porque iba a ser el primer partido político del milenio. ¡La pucha!, algo significa, ¿no? -¿Ya tiene pensado quién será su candidato a vicepresidente? -No. Primero tenemos que pensar en las elecciones legislativas de octubre. Estamos armando la estrategia para Capital Federal y provincia de Buenos Aires. Después tenemos pensado ir a Córdoba, Rosario, Entre Ríos y Misiones, que son los lugares donde ya hemos charlado con alguna gente. -En esos distritos, ¿tiene apuntados a los referentes locales? -Nosotros no apuntamos a nadie; vienen ellos a hablarnos. Hacemos entrevistas personales o en grupos de cinco personas, según la ocasión. No quiero reunir en una misma pieza a cien tipos y decir que va a pasar esto y esto. Por ahora se van conociendo y así tengo todo bien montadito. -Entre los que se acercan, ¿hay alguna figura conocida o son todas personas que nunca militaron en política? -Hay de todo. Están los que tienen una historia de militancia en los partidos tradicionales y aquellos que es la primera vez que se afilian a un partido político. -¿Quién lo asesora en materia de imagen? -Nadie. No conozco asesores de imagen que sepan de política. Todos los que vinieron fracasaron, salieron segundos (en alusión a Duda Mendonça, el ex asesor de Eduardo Duhalde). Prefiero manejarme en el cara a cara con la gente. Todo lo que tengo que exhibir es mi trayectoria de vida: soy un hombre de bien. -¿Cree que los asesores de imagen vacían de contenido a la política? -No lo sé. Hubo gente que dijo que hay que veranear en la Argentina y al otro día estaba en Punta del Este. ¡Cosa de locos!
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