La militancia agropecuaria de Eduardo Buzzi tiene antecedentes familiares. Su abuelo fue presidente de la filial de J.B. Molina de Federación Agraria Argentina en los 40 y su padre tuvo activa participación en esa organización durante los años 60. Su primer acercamiento a la actividad gremial fue a los 20 años. En el 82 reconstituimos la filial de FAA del pueblo ya que durante el gobierno de Onganía, en los años 60, los arrendatarios fueron echados y la unidad se debilitó, explicó Buzzi. El campo del dirigente fue, en otros tiempos, parte de una gran estancia que había en la zona. La subdivisión le aportó desarrollo al pueblo que vive gracias al campo, también generó mano de obra y arraigo, indicó. En la localidad de J.B. Molina viven 1.500 personas que subsisten gracias al trabajo de 16.800 hectáreas. Tras ocupar diversos cargos en Federación Agraria, llego a la presidencia de la entidad el año pasado, con el padrinazgo de sus antecesores, el actual diputado Humberto Volando y René Bonetto. Mi aporte principal fue el trabajo porque el candidato natural era Mariano Echaguibel (el dirigente de Maciel muerto en un accidente de tránsito), que era un cuadro más formado, pero desgraciadamente no pudo ser, se lamenta Buzzi. Sus compromisos políticos lo obligan a viajar permanentemente pero cada vez que puede se escapa al campo. En su lucha, lo acompaña su esposa Silvina, que es dirigente de la juventud agraria. Uno de sus sueños más personales es poder transformar la casa de su niñez en un espacio donde se pueda discutir política y por supuesto, comer asados. El objetivo siempre es poder aportar a la construcción del país y a una mayor integración entre el campo y la ciudad, agregó.
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