Para el fiscal Guillermo Camporini, los indicios reunidos por el juez Carlos Risso son suficientes para procesar a Carlos Fraticelli como coautor del homicidio de su hija Natalia. Por eso le sugirió a la Cámara Penal de Rosario que confirme la resolución del magistrado de Melincué, apelada por la defensa. Camporini refutó casi punto por punto las críticas del abogado Carlos Edwards al procesamiento dictado por Risso. Y lo hizo desde un punto de partida muy preciso: para él, Natalia fue asesinada. En rigor, Edwards jamás cuestionó este punto, cosa que sí hizo la defensa de Graciela Dieser al poner en duda las causas de la muerte. El abogado de Fraticelli sostiene que a él lo acusan sólo porque estaba en la casa, pero Camporini considera que si esa madrugada no ingresó a la casa ninguna persona ajena a la familia, y sólo él y su esposa estaban con Natalia, es lógico presumir que al menos fue coautor del crimen. Según el fiscal, las pruebas contra Fraticelli son voluminosas y sobreabundantes, y resultan más categóricas que el descargo que el ex juez de Rufino emplea para cada una de ellas. Camporini afirma que todo lo que hizo Fraticelli la mañana del 20 de mayo de 2000 estuvo destinado a confundir a los investigadores. Pero eso mismo lo complica: por un lado, él mismo lanzó la hipótesis del suicidio, pero al mismo tiempo hizo aparecer una bolsa de nylon, una bufanda y un pañuelo para sustentar la hipótesis de la venganza o el robo seguido de muerte. Es evidente la intención de enmarañar y complicar la investigación. Las hipótesis que planteó Fraticelli carecían de lógica y eran francamente incoherentes. Mal que pese, en un juez de Instrucción como era el imputado, todo ello hace presuponer una intención dolosa de entorpecer la investigación, señala el fiscal Camporini en otro pasaje de su dictamen.
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