Carlos Fraticelli y Graciela Dieser pueden estar encubriendo a una tercera persona, que podría ser alguien muy ligado a la familia y que tal vez mató a su hija Natalia o al menos participó del crimen. Aunque no está formulada exactamente en estos términos, esta es la sospecha que sobrevuela algunos párrafos del dictamen producido ayer por un fiscal rosarino en el marco de la investigación judicial por el homicidio de la chica. Para el fiscal, está claro que ninguna persona ajena a la familia entró a la casa de los Fraticelli la madrugada del hecho, pero esto no excluye la posibilidad de que sí lo haya hecho alguien vinculado al ex juez de Rufino y su esposa.
Quien sugiere esta hipótesis es el fiscal de Cámaras Guillermo Camporini, a quien le tocó pronunciarse sobre el procesamiento de Fraticelli como coautor de homicidio agravado por el parentesco y la alevosía.
El procesamiento fue dictado por el juez de Melincué, Carlos Risso, el mismo magistrado que procesó a Dieser por homicidio. Contrariamente a lo que sostiene la defensa de Fraticelli, el fiscal afirma que el procesamiento debe ser confirmado (ver aparte).
La cuestión tendrá que ser resuelta ahora por la Cámara Penal de Rosario, que interviene por el cierre de la Cámara Penal de Venado Tuerto a raíz de la feria judicial de enero. Los camaristas Humberto Giménez, Ernesto Pangia y José Manuel Ravena tienen cinco días corridos (se cuentan desde ayer) para pronunciarse por la confirmación o la modificación de la situación procesal de Fraticelli.
Natalia Fraticelli, que tenía 15 años, fue asesinada la madrugada del 20 de mayo de 2000 mientras dormía. La autopsia reveló que la estrangularon y todos los indicios prueban que nadie entró a la casa por la fuerza. Allí, en distintas habitaciones, sólo se encontraban sus padres.
Secreto compartido
La madre de Natalia fue procesada por homicidio y ahora es enjuiciada por homicidio, pero el procesamiento del padre se demoró porque el juez Risso tuvo que esperar a que un tribunal especial, constituido en la ciudad de Santa Fe, lo destituyera como juez para poder investigarlo.
Como el juez Risso, Camporini cree que entre Fraticelli y Dieser existe un pacto de silencio para mantener en secreto algunas cuestiones vinculadas a la muerte de su hija. Para el fiscal, la necesidad de mantener inviolables esos secretos sólo se explican porque revelarían la razón o el móvil del homicidio, o algo todavía más trascendente: que alguien más, posiblemente una persona del entorno familiar, pudo estar involucrado en el hecho.
Uno de los indicios en los que se basa el fiscal para sospechar que si hubo una tercera persona, tuvo que ser alguien muy conocido en la casa, es el llamativo silencio de la perra de los Fraticelli la noche del crimen. Según los vecinos de la familia, se trata de un animal que ladra casi por cualquier cosa y al que sin embargo no escucharon proferir sonido alguno la noche de los hechos. Para Camporini, eso demostraría que si hubo otro homicida, o alguien que colaboró con los padres de la chica para matarla, no fue alguien que el animal no estuviera habituado a ver en la casa.
Hasta ahora, aparte de Fraticelli y Dieser, en la investigación encabezada por Risso sólo hubo oficialmente un tercer sospechoso. Se trata del kinesiólogo Edgardo Martín, quien nunca llegó a ser acusado formalmente por su presunta participación del crimen.
Sin embargo, no parece ser Martín la persona de la que sospecha Camporini, sino de alguien con vínculos familiares más estrechos con la familia Fraticelli. El kinesiólogo, en cambio, sólo parecía relacionado específicamente a Dieser, a quien ayudó a recuperarse de las secuelas que le produjo un accidente automovilístico.
Otra persona a la que en algún momento pareció apuntar Risso es Franco Fraticelli, el hijo adoptivo del matrimonio, de 17 años. Al principio de la investigación, el juez de Melincué llegó a tomarle declaración informativa, algo que permite suponer que sospechaba de él aún cuando no tenía indicios claros para imputarlo, es decir para acusarlo formalmente de algún delito. Sin embargo, el chico declaró una vez y después nunca más lo citaron, tal vez porque técnicamente el juez no encontró elementos para involucrarlo o simplemente porque consideró que no era un sospechoso.