Mientras Gastón Mazzacane volaba anoche para arribar a París y dirigirse hoy a la sede de Prost Gran Prix, adonde rubricará su contrato que lo ligará a la escudería francesa de Fórmula 1 para la temporada 2001, algunas versiones surgidas en Europa daban cuenta de una posible complicación en las tratativas que vienen aparejadas con la presión del ex piloto brasileño y ahora accionista del equipo, Pedro Paulo Diniz.
Mazzacane voló a las 22 de ayer rumbo a Francia, en un avión de Aerolíneas Argentinas, y hoy tiene previsto trasladarse a Versalles, sede de la fábrica Prost, para ser presentado a la gente de su nuevo equipo, como también para medirse la butaca del coche que utilizará para la nueva temporada.
Allí esperará la confirmación del equipo como segundo piloto para la temporada, pero aunque en el entorno del argentino aseguran que no hay ninguna traba y que el contrato ya está firmado, algunos indicios dicen que podría haber complicaciones. Inclusive, el que no tendría un lugar seguro sería el veterano Jean Alesi, quien tampoco fue confirmado oficialmente pero nunca hasta ahora se puso en duda su continuidad en la escudería. Sin embargo, las últimas declaraciones de Alesi pueden representar las puntas de un iceberg en el cual estarían en juego muchos intereses económicos.
Alesi le metió presión a Alain Prost, dueño del equipo, sugiriéndole la semana pasada que lo mejor que podía hacer el ex tetracampeón mundial era jugársela por una dupla francesa, y hasta tiró dos nombres sobre la mesa: Sthepane Sarrazín y Jonatahn Cochet. Pero extrañamente, jugó a dos puntas y mencionó también lo oportuna que sería la llegada del brasileño Enrique Bernoldi, porque aportaría dinero al team. Y nunca mencionó a Mazzacane.
Las declaraciones de Alesi parecen lejos de haber resultado casuales. Por un lado le envió un mensaje directo a Prost, y por el otro intentó quedar bien con Diniz, el nuevo accionista del equipo que trajo jugosos dólares. Con esto, el francés no habría buscado otra cosa que evitar que lo muevan de su butaca, por un lado tratando de no hacer olvidar a Prost su condición de compatriota y por el otro, por si esa estrategia falla, intentando seducir a Diniz para que no sea él el removido.
Es que por un lado, la inminente confirmación de Mazzacane llega con el aporte monetario de Panamerican Sports Network (PSN), la cadena que lleva las imágenes de la Fórmula 1 a toda América latina (excepto Brasil) y que es el principal sponsor del argentino.
Y por el otro, de acuerdo con información surgida en Europa, Diniz presiona para traer a un piloto de su país como Bernoldi (o Ricardo Zonta) con la seducción para Prost de que si ello ocurriera llegarían a su equipo sponsors muy fuertes, como la italiana empresa láctea Parmalat, que ya auspició al ex piloto paulista.
Si Prost toma en cuenta la presión de Diniz, no le quedaría otra que optar entre Mazzacane y Alesi, y no estaría dispuesto a menospreciar los dólares que trae PSN, por lo que el veterano francés podría quedar afuera.
Por otra parte, el acuerdo con PSN ya fue anunciado oficialmente por la escudería del francés, e inclusive lo hizo con bombos y platillos en su página web de Internet.
Tensa espera
Todo este cúmulo de intereses encontrados estaría haciendo demorar el anuncio oficial de los pilotos (lo cual genera la suspicacia sobre la confirmación de Mazzacane) y aunque la situación del argentino parece de todas maneras segura, no hay que olvidar que en septiembre la escudería Minardi también anunció oficialmente la venta de la mayoría de sus acciones a PSN y después todo quedó en la nada.
De todas formas, las opciones hoy por hoy serían Alesi-Mazzacane, Zonta-Mazzacane o Mazzacane-Bernoldi. También podría caber la de Alesi-Bernoldi, con lo cual Mazzacane quedaría a pie o seguiría en Minardi. Difícilmente Alain Prost se mueva de la primera de ellas, por cuanto no desdeñaría la experiencia de Alesi ni se tiraría a la prensa francesa en contra, y además el acuerdo con PSN parece muy seguro. Por otra parte, la decisión final es de él y no hay duda de que tomará en cuenta que está en juego su enorme prestigio. Y si bien Diniz puede presionar, es demasiado nuevo en el equipo como para tomar tamañas resoluciones.
Mientras, Mazzacane viajó confiado a París, seguro de que la butaca no se la quita nadie.