Hay una escuela donde no hay pupitres; donde no existe primero, segundo ni tercer grado, sino grupo Sol, Luna y Arco Iris; donde los alumnos improvisan obras de teatro en los recreos y en vez de formar fila para entrar a clases tienen que hacer una ronda. Se trata de la Cooperativa Educacional Olga Cossettini, un emprendimiento a pulmón que se lleva adelante en Capilla del Monte (Córdoba) y está a punto de comenzar su cuarto año de vida. Dos docentes rosarinas del grupo fundador, Eva Campos y Silvina González, dialogaron con La Capital y coincidieron al explicar el motivo de esta cruzada: Nos dimos cuenta de que estaba faltando una propuesta diferente. Siempre nos resistimos a que nuestros hijos piensen que aprender es una obligación.
Olga Cossettini fue la mentora de un proyecto experimental en la docencia argentina entre 1935 y 1950. Aunque comenzó a plasmar su nueva pedagogía en la escuela Normal de Rafaela, fue en la Doctor Gabriel Carrasco, de Alberdi, donde su iniciativa tomó vuelo.
La Escuela Serena, como la llamaban, quedó como un hito en la historia de la docencia. Tanto fue así que atrajo la atención de personalidades de la talla de Ernesto Sábato, Gabriela Mistral y Margarita Xirgú, entre otros, que se llegaron hasta Rosario por aquellos años para conocer cómo funcionaba un sistema educativo donde la premisa era la educación por el arte. Como frutilla del postre, Mario Piazza filmó La escuela de la señorita Olga en 1991 y difundió aún más la labor de Cossettini.
Cuando vimos la película junto a un grupo de padres dijimos «esto es lo que andábamos buscando», y ahí empezó todo, dijo González, docente de expresión corporal y educación física.
El lugar elegido para llevar adelante la experiencia fue Capilla del Monte. Y eso tiene su explicación. Buscábamos un lugar que fuera menos violento y menos contaminado, y en el que pudiéramos tener más tiempo para hacer bien nuestro trabajo, afirmó Eva, docente de nivel inicial e hija del actor Norberto Campos.
Junto a un grupo de nueve maestros, ambas están llevando adelante la Cooperativa Educacional Olga Cossettini, a la que también llaman la escuela viva. En las sierras trabajan desde marzo de 1998, cuando para comenzar reformaron un taller y un garaje en la casa de una docente. El emprendimiento ya va por su cuarto año y hasta fines de 2000 dieron clases en la casa de uno de los papás de los alumnos.
Hoy ya son cuarenta chicos los que asisten regularmente a clases en este sistema de educación transversal. No hay grados, sino grupos de hasta quince alumnos, y la consigna de enseñanza es personalizada. Los grupos son seis y se llaman Sol, Tierra, Cielo, Nube, Luna y Arco Iris. Los separamos por edades, pero fundamentalmente por su nivel. Las tareas son diferenciadas y trabajamos con el concepto de «educación por el arte», que animaron Olga y Leticia Cossettini (su hermana, aún con vida), dijo González.
El proyecto tiene un soporte educativo de peso. Y es la profesora Velia Blanco (Veyi), quien fue parte de la Escuela Serena de Cossettini y hoy está presente en la experiencia de Capilla del Monte. Es nuestra asesora pedagógica y espiritual, afirmó Campos.
Eva y Silvina están compenetradas con el proyecto. Al comentar detalles de esta movida muestran decenas de fotos con los alumnos disfrazados en medio de una obra de teatro y tomando clases en el piso o en tablones armados para la ocasión. Esto es un proyecto que incluye a las familias de los docentes y de los alumnos. Y tenemos la alegría de poder comprobar que los chicos vienen contentos a las clases. Se percibe plenitud en ellos y muchas ganas, dijo González.
En la grilla de materias se incluyen algunas tradicionales, como música, lengua, matemática, ciencias sociales y naturales, y otras más que novedosas, como expresión corporal, pintura, creatividad, mitos y leyendas, y literatura. Esta última tiene la particularidad de que en su dictado no se diferencia la literatura infantil de la adulta. O sea que un niño de ocho años puede leer tranquilamente un texto de Federico García Lorca, Eduardo Galeano o Italo Calvino, como también de los Hermanos Grimm o los cuentos de Andersen.
Sin apoyo económico
La cooperativa no recibe apoyo económico del gobierno provincial ni municipal de la ciudad cordobesa. Para que les den por aprobado lo cursado los alumnos deben rendir un examen cuando llegan a quinto grado en una escuela pública. Aunque no estamos reconocidos por el Ministerio de Educación, nosotros seguimos adelante con el desafío. Estamos convencidos de que este es el camino y ya queremos continuar con otro proyecto similar para educación secundaria, dijo Campos.
Según las docentes, todos los meses es una odisea llegar a juntar el dinero para los salarios de los maestros. A la cuota que pagan los padres se suma lo recaudado en fiestas para juntar fondos, pero no alcanza. Necesitamos útiles y otros materiales para seguir trabajando, por eso apelamos a la buena voluntad de la gente que crea en este proyecto y esté dispuesta a colaborar, dijo González. Quienes quieran comunicarse con la cooperativa deberán llamar al teléfono (03548) 489946 o vía Internet a [email protected].