Mauricio Maronna
El gobierno desperdició un año de gestión, advierte el diputado nacional Alberto Natale. El líder del Partido Demócrata Progresista (PDP) considera que a muchos diputados de la Alianza les da vergüenza ser oficialistas y que están pagando caro el precio de haber hablado tanto de la herencia recibida. A la hora de hablar de las futuras candidaturas, Natale considera que su partido marchará con listas propias a las elecciones de 2001 y deja un señuelo sobre su intención de seguir siendo diputado. En una entrevista con La Capital niega que el PDP -como dicen algunos adversarios- siempre se acomode según las conveniencias: Si esto fuese así, hubiera aceptado la candidatura a gobernador que me ofreció (Carlos) Menem en el 91, cuando todos lo veían rubio y de ojos celestes. -¿Esperaba semejante caída en la imagen del gobierno? -El gobierno desperdició un año. En vez de hablar tanto de la herencia recibida debió haber acertado en las medidas. El aumento de impuestos fue una equivocación, la cuestión se agudizó con las rebajas salariales y el conflicto político coronó un mal año. Por suerte el FMI decidió asistir a la Argentina antes de que se desatase el infierno. Esto es un respiro, pero habrá que ver cómo funciona la economía de ahora en más. Si el gobierno se pone las pilas y genera confianza en la sociedad, la Argentina puede tener un espectacular crecimiento en el 2001. Por el contrario, si no logra despertar confianza, el 2001 puede ser negativo. La economía va a ser la clave, mucho más que lo político. -Para usted el problema es económico, pero el gobierno tiene una gran debilidad política. A veces parece que no hubiera oficialistas que defiendan las medidas. ¿Los decretazos son un síntoma de debilidad política? -Muchos integrantes de la Alianza todavía no se dieron cuenta de que son oficialistas. Parece que les diera vergüenza, que quisieran actuar como opositores a su propio gobierno, y no advierten que cuando se es miembro del partido gobernante, especialmente en el Congreso, hay que respaldar al Ejecutivo. A (Raúl) Alfonsín lo respaldó el Congreso. Tenía dificultades en el Senado, pero lo controlaba. Con Menem pasó lo mismo. No es una mala palabra ser oficialista; al contrario, deberían estar orgullosos de haber ganado una elección. Deberían contribuir a que el gobierno tenga éxito. Además, se vuelven a equivocar: ponen un gran énfasis en el plan de infraestructura, que es un invento de (Nicolás) Gallo. Yo lo relativicé, la llamé la ley placebo: no hace ni bien ni mal. -¿Hablar tanto del ingreso de Domingo Cavallo no debilita aún más a los funcionarios? -Parece que con (José Luis) Machinea no alcanza el asunto... Cuando un ministro de Economía tiene que decir que se va a quedar, cuando hay un presidente que desmiente versiones, no ayuda. Los argentinos tenemos la propensión de no creerles a los gobernantes. Yo me arrimé al presidente cada vez que me lo pidió y le aporté mis ideas. En junio de 2000 lo previne de lo que podía pasar si se nos cerraban los mercados de capitales y la Argentina entraba en cesación de pagos. Inclusive le acerqué algunas propuestas. -En un despacho muy cercano al presidente manejan una encuesta de imagen de los actuales legisladores: usted y Oscar Lamberto están al tope. Ciertos operadores radicales quieren ofrecerle la candidatura a senador. ¿Está al tanto de esto? -A mí, generalmente, las encuestas me dan bien, no es novedad. Aún no definimos la política electoral. Hoy lo veo al PDP con sus propios candidatos. -¿Quién le gusta más como candidato del PJ: Carlos Ruckauf, José Manuel de la Sota o Carlos Reutemann? -A los santafesinos nos tiene que gustar más Reutemann. Además, en lo personal también me gusta más el Lole. Pero es un tema del PJ. -¿Lo sorprendió que Usandizaga haya lanzado su candidatura a intendente? -No. Además, como dice el refrán: el que se va sin que lo echen vuelve sin que lo llamen. Pero en política las cosas no son así. El que se va sin que lo echen tiene que ganar una elección para volver sin ser llamado. ¡Y falta tanto para el 2003! -Se dice que el PDP es el mejor negociador de la política santafesina. Por un lado está la alianza que hicieron con Fernando de la Rúa y por otro esa intención casi histórica de Reutemann de atraerlos. ¿Se acomodan según como venga el viento? -Si eso fuera así, en el 90, antes de que apareciera Reutemann, cuando Menem para muchos era rubio y de ojos azules, yo hubiese aceptado el ofrecimiento (del hoy ex presidente) para ser candidato a gobernador en el 91. Hicimos alianzas con el radicalismo y el Frepaso, en el 95 y 99, porque nos pareció una alternativa válida para la provincia. Pero no somos flojos de cintura.
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