Gabriela Zinna
Esta es la tercera vez que Pablo Andrés Cribioli ocupa el sillón del intendente Hermes Binner. El presidente del Concejo Municipal, a cargo provisionalmente del Palacio de los Leones dialogó con La Capital y analizó los principales problemas que afronta la ciudad y las deudas que los dirigentes locales tienen con los rosarinos. El tema del transporte fue uno de los puntos que desmenuzó. Sostuvo que el precio del boleto no debe ser fijado por el Concejo y propuso crear un ente regulador. Calificó al futuro sistema en vías de licitación como ideal aunque reconoció: No sé cómo lo hubiera resuelto yo. -Como presidente del Concejo, ¿cuál cree que es el problema más grave que tienen la ciudad? -Lamentablemente hay varios problemas. Uno es el sistema de transporte, que esperemos que en 8 ó 9 meses esté resuelto. Es un tema muy delicado porque el sistema está agotado y es un servicio primordial. No tenemos servicio de trenes ni subterráneos. Por lo tanto es vital que se solucione la cuestión del transporte. Otro es el tema de la periferia. Se dio un paso muy importante cuando el Concejo votó la ordenanza referida al fondo de gas. Ese dinero será para pavimento y viviendas. Es clave terminar con las 1.500 calles de tierra para dar un vuelco fundamental a la ciudad. Otro punto importante es el crédito internacional obtenido para la erradicación de villas. -¿Cómo hubiera resuelto el problema del transporte? -Acá el error fue pensar que se podía cambiar el sistema que tenemos actualmente por un sistema ideal, moderno, del primer mundo, con coches extraordinarios, casi biónicos. Fue un cálculo demasiado optimista, una exageración. Me parece que se dio una dimensión exagerada al proyecto de cambio de sistema, pero no sé como lo hubiera resuelto yo. Aquí se hizo un llamado internacional, se invitó a todo el mundo y no vino nadie. Nos encontramos que seguiremos con los mismos empresarios que tenemos. -¿Si no hay propuesta privada, la solución sería municipalizar el servicio? -No me parece lo más aconsejable. Tiene que haber una fuerte presencia del municipio como poder de policía, pero hay que permitir que el sistema sea razonablemente rentable y para eso hay que establecer una tarifa adecuada. No se pueden fijar tarifas políticas ni para abajo ni para arriba. Hay que buscar otros mecanismos. -¿Cuáles serían esos mecanismos? -El precio del boleto no lo tiene que fijar el Concejo, porque siempre se especula políticamente. El oficialismo quiere aumentar para oxigenar la tarifa y la oposición se niega, para ver si complica la tarea del Ejecutivo. Hay que eliminar definitivamente esa especulación y lograr que la tarifa se ajuste a los costos. -¿Cómo se lograría eso? Inevitablemente hay que sacar la discusión del Concejo. Tendrá que existir un ente regulador que trabaje rigurosamente sobre los costos y que fije una tarifa razonable, afectando lo menos posible a la gente y permitiendo que el sistema sea rentable para los empresarios. -De 1 a 10 ¿con cuánto calificaría al Concejo por su actuación en el 2000? -Siendo tacaño, con 7. Creo que fue un buen año. Hubo reducción presupuestaria y destinamos ese dinero a fondos solidarios para ayuda social. En el último semestre se pusieron en marcha 500 puestos de trabajo, de 160 pesos cada uno. Es una cifra miserable pero es a la que pudimos llegar. -¿Qué temas pendientes hay en el Concejo? -El más importante es el vinculado al Parque Nacional a la Bandera. El proyecto está en la comisión de Planeamiento y espero que en marzo sea aprobado. No va a salir exactamente como lo proyectó el Ejecutivo pero va a ser favorable para la ciudad. Quiero impulsar rápidamente el tratamiento del presupuesto y de este tema conocido como el proyecto de Puerto Madero. Hay que ser cuidadoso porque el objetivo es respetar rigurosamente el parque y no convertirlo en un shopping. -¿Es cómoda la silla del intendente? -No usé el escritorio principal, sino la oficina que (Hermes) Binner utiliza cotidianamente, el despacho chico. -¿Qué tal le resultó ese escritorio? -Es cómodo. La silla que tiene es mejor que la mía en el Concejo. Cuando Binner vuelva se la voy a pedir, pero no creo que me la dé. -¿Quiere ser intendente? -Sólo un tonto contestaría que no quiere, sobre todo si se dedica a la política desde hace años como yo. Pero no se trata de querer sino de poder. -¿Qué problema tuvo que resolver en estos días? -Fueron días bastante tranquilos. En el último viaje que hizo Binner se presentaron algunos inconvenientes vinculados a una tormenta que causó muchos destrozos. Entonces tuve una actividad bastante intensa y había una agenda muy completa. En otra oportunidad que Binner viajó, tuve que hablar en el mismo acto con el entonces vicepresidente (Carlos) Chacho Alvarez y el gobernador de la provincia. Pero ahora está todo tranquilo. Trabajo muy bien en coordinación con los secretarios.
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