El gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, se diferenció ayer de su par justicialista Carlos Ruckauf al evitar hablar de una eventual candidatura a presidente para el 2003, mientras que el bonaerense ratificó su convicción de que será el que suceda a Fernando de la Rúa cuando finalice su mandato, tal como lo anticipara a La Capital en la edición del viernes pasado.
No digo que sea el momento de las campañas. Creo que es tema del año que viene. Soy absolutamente sincero: creo que voy a ser el próximo presidente, confió Ruckauf, al insistir con su proyecto que decidió blanquear los últimos días del 2000.
Mientras tanto, De la Sota tuvo una actitud totalmente distinta al rehusarse a hablar de candidaturas y recordar que su primera responsabilidad es cumplir con los cordobeses que lo eligieron para gobernar.
Ruckauf y De la Sota son dos de las principales espadas que tiene el justicialismo y ambos se perfilan para pelear la sucesión de Fernando de la Rúa dentro de tres años, además de los siempre postulados Carlos Menem y Carlos Reutemann.
El gobernador santafesino viene evitando no sólo hacer referencias a este tema sino que es un cultor del perfil bajo, tanto que hasta ahora no dio señales de tener la menor intención de disputar la candidatura en el 2003.
Menem, mientras tanto, en sus últimas apariciones -por conveniencia o por interés de la prensa-, suele referirse más a su promocionado romance con la chilena Cecilia Bolocco antes que a su futuro político, aunque uno no esté totalmente disociado del otro.
Ruckauf dio por descontado ayer que el ex presidente será uno de los rivales en la interna justicialista que se realizará el año próximo. No me cabe duda, dijo, y manifestó su confianza en poder derrotarlo.
El bonaerense reconoció que éste es tema que discutiremos cuando haya internas el año que viene. Este año -dijo- quiero aprovechar para consolidar políticas de obras públicas de la provincia, aunque no olvidó tampoco reiterar su disposición a colaborar con el presidente De la Rúa.
De la Sota fue más directo en recordar sus responsabilidades inmediatas, pero evitó criticar al bonaerense.
Me parece muy bien. Ruckauf ha manifestado permanentemente que quiere ser candidato y me parece muy bien que esté en campaña, señaló, aunque recordó, ante una pregunta sobre su propio futuro político, que yo he dicho que a mí me eligieron para gobernar Córdoba.
Desde el gobierno, en tanto, la ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide, apuntó contra su vencedor en las elecciones del 99 en la provincia de Buenos Aires al vincular las críticas de Ruckauf contra su gestión con el ya anunciado proyecto presidencial del justicialista.
Un adicto a las encuestas
El lanzamiento de la candidatura de Ruckauf ya comenzó a generar las primeras reacciones dentro del PJ. Los diputados Oscar Lamberto, alineado con Reutemann, y Teodoro Funes, encolumnado tras De la Sota, descalificaron su temprana postulación.
Lamberto atacó las columnas fundamentales de la estrategia ruckaufista: la presencia mediática del bonaerense y su adicción a las encuestas.
El diputado, una de las espadas del PJ a la hora de debatir temas económicos, reconoció que su candidato presidencial es Reutemann y consideró legítimo que cualquiera que se sienta en condiciones de ser candidato, lo diga.
En lo que pareció una crítica a los menemistas y a los antimenemistas, Lamberto dijo que el PJ debe definir el perfil de un movimiento para este siglo que comienza, porque estamos viviendo en una sociedad diferente a la del 45 y a la del 89.
Hay dos cosas que no sirven en política: vivir de las viejas glorias y vivir en el pragmatismo permanentemente, añadió, en elíptica alusión a Menem y Ruckauf.
El cordobés Funes, por su parte, calificó de jactancioso y soberbio a Ruckauf por haber lanzado apresuradamente su postulación cuando la gente tiene otras preocupaciones.
La gente está preocupada por llegar a fin de mes, darle salud y educación a sus hijos, expresó Funes, quien consideró que todavía no son tiempos como para hablar con tanta ligereza de candidaturas presidenciales.