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¡Que Victoria se prepare!

El puente a Victoria ya es una realidad palpable. La estructura se yergue imponente, y ya casi los extremos se tocan. Justamente allí está el problema. Hace pocos días estuve en Victoria, y esta ciudad no está preparada ni preparándose para lo que se viene. Las calles están en mal estado, parece que hace años que no se asfaltan. Se calcula que miles de rosarinos cruzarán en pocos minutos. Pero, allí no hay bares ni restaurantes suficientes, ni hablar de hotelería. La ciudad es hermosa y su verdadero nombre: Victoria de las siete colinas se entiende cuando se la observa desde el mirador. Su gente es afable y sencilla, pero no creo que estén preparados psicológicamente para lo que podría llegar a pasar una vez concluido el puente. Allí dejan sus autos sin llave, y las puertas de sus casas abiertas. Creo que el progreso traerá lo bueno y lo malo para Victoria, pero no es lógico que se prepare después del impacto porque llegarán tarde y no se podrá volver a la Victoria actual.
Roberto Feldman