Año CXXXIV
 Nº 48.986
Rosario,
miércoles  03 de
enero de 2001
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cartas
Basta de alimentos contaminados

Una descompostura, producto de la ingesta de alimentos en mal estado, causó indignación general. Gran cantidad de niños comieron alimentos descompuestos y sus consecuencias pusieron al descubierto la pobreza de medios y de sitios adecuados para la elaboración de las comidas. Quienes tienen la responsabilidad de controlar la provisión de alimentos a carenciados demostraron que el sistema no sirve. En la elaboración y entrega de la comida son importantes la temperatura, el almacenaje, los comedores y las cocinas. Los comedores, casi todos atendidos por mujeres, la Municipalidad o la provincia mandan elementos de almacén para que elaboren y luego den de comer a grupos de niños o familias carenciadas. Si alguien de la Dirección de Control Alimentario visitara y observara la mayoría de los comedores y los elementos para cocinar alertarían al poder público y mejorarían estos lugares o los cerrarían. No sólo falta higiene, faltan refrigeradores, ollas, piletas para lavar, insecticidas, etcétera. Además carecen de ventilación y de sanitarios mínimos. No es correcto este modo de ayudar a los carenciados, porque no sólo se trata de comer. La higiene ausente y un orden en el proceso de entrega de materias primas, su elaboración y conservación son importantísimos. Mandar bolsas de alimentos no es suficiente, es el principio del desorden que culminó en una casi tragedia para no olvidar. Ya mismo hay que empadronar profesionalmente a todos los sitios donde se elaboren, almacenen y dispensen alimentos, bebidas o frutas. No con fines políticos, sino humanos.
Víctor F. Martínez


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