Disfrutar en exceso de un asado eleva los riesgos de sufrir un infarto, especialmente en aquellas personas que padecen complicaciones cardíacas o algún factor de riesgo como el estrés o sedentarismo, según un estudio dado a conocer en la reunión anual de la Asociación de Cardiología de Estados Unidos.
El estudio desarrollado por el cardiólogo Francisco López Jiménez, del Hospital Brigham de Boston, afirma que el riesgo de sufrir un infarto aumenta cuatro veces durante las dos horas posteriores a una comida abundante la cual, agregó, sería tan riesgosa como las relaciones sexuales u otros factores que desencadenan infartos repentinos, tales como actividades físicas extremas o ataques de ira.
El especialista y sus pares entrevistaron alrededor de 2.000 pacientes después de haber sufrido infartos y averiguaron si habían comido en exceso antes del ataque cardíaco. Unos 158 manifestaron haber ingerido cantidades desacostumbradas de alimentos en las 26 horas previas al infarto, mientras que 25 señalaron que habían comido en abundancia dos horas antes de sufrir un ataque al corazón.
La nutricionista Cristina Banzas, miembro del Grupo Educador en Salud y Alimentación, que asesora a la Fundación Cardiológica Argentina, sostuvo que una comida abundante con exceso de grasas, acompañada a su vez de bebidas alcohólicas, podría desencadenar un infarto aun en personas que no estén con un marcado sobrepeso, pero que posean otros factores de riesgo.
El exceso de peso no es el único factor a tener en cuenta: el infarto también puede desencadenarse en personas delgadas pero sedentarias, con estrés, con hipertensión arterial, dislipemias o que posean antecedentes cardíacos, enfatizó Banzas.
En este sentido, la especialista sostuvo además que el consumo excesivo de grasas y alcohol favorece la formación de ateromas, placas que se forman en las paredes de las arterias y pueden llegar a estrechar su luz o incluso a ocluirlas, produciendo un bloqueo arterial.
Por otra parte, según señaló Banzas, en los últimos años los hábitos alimentarios y la incorporación en exceso de las comidas denominadas como fast food, han contribuido a favorecer el aumento de colesterol en sangre en jóvenes y niños, motivo por el cual los especialistas recomiendan el control anual de los niveles de lípidos, sobre todo en quienes tengan antecedentes de enfermedades cardiovasculares o hipertensión arterial.
Advertencias
Dentro de las advertencias incluye también el consumo moderado de carnes y quesos con alto contenido en grasas, colesterol y sodio. Además, entre los alimentos que tienen un elevado contenido de grasas se hallan aquellos elaborados con las denominadas grasas trans -aceites vegetales hidrogenados-, como los productos de pastelería o galletitas.
A diferencia de algunos países europeos, en Argentina aún no se hacen advertencias a los consumidores respecto del contenido de grasas trans en los productos alimenticios, aun cuando algunos investigadores hace años que están trabajando en esto y tienen conocimiento de las cantidades que se adicionan a distintos productos alimenticios. Lo que aún no se conoce bien son los límites de esas grasas que el organismo podría tolerar, sostuvo la nutricionista.