Año CXXXIV
 Nº 48.984
Rosario,
domingo  31 de
diciembre de 2000
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Las aguas del Paraná bajan turbias

Rosario se quedó de nuevo sin puerto. Los filipinos de Ictsi debieron retirarse de la terminal local luego de un severo conflicto laboral, y tras soportar dos años de críticas desde los sectores empresarios por las dilaciones en la concreción de las obras necesarias. La crisis desembocó también en un recambio de autoridades en el Enapro y el lanzamiento de una nueva licitación internacional que se concretará en el nuevo año
Por lo pronto, las cargas se van a otro lado, pero los rosarinos deben pagar fletes más altos por el simple hecho de trabajar en una ciudad sin puerto.
En cuanto a la hidrovía, pese a los reclamos de todos los sectores de la producción, el dragado desde Santa Fe al norte sigue demorado. En julio, el secretario de Puertos de la Nación había anunciado que en agosto se iniciaban los trabajos, pero poco tiempo después se pasó todo para el 2001.
La única buena nueva surgió a partir del interés de la firma australiana Riotinto en apurar las obras en la hidrovía, ya que la firma prevé duplicar las cargas pero necesita más profundidad. La compañía minera, una de las más grandes del mundo, empuja la decisión de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia para que hagan las posibles y necesarias para adecuar la vía navegable desde Santa Fe hasta Corumbá en el estado de Mato Grosso. Riotinto tiene un proyecto para extraer de mineral de hierro de Brasil y se habla de unos 10 millones de toneladas de cargas, más que la cifra actual de cargas totales por la hidrovía que ronda los 9 millones de toneladas.


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