Los dos principales impulsores de las denuncias de sobornos en la Cámara Alta, el ex vicepresidente Carlos Chacho Alvarez y el senador peronista Antonio Cafiero, cuestionaron el accionar del gobierno en este escándalo, tras la falta de mérito dictada a los once sospechosos por el juez federal Carlos Liporaci. El fallo confirma la percepción que tiene la sociedad de que acá, cuando se juzgan cuestiones de gente que está vinculada al poder, todo termina tapándose, nunca clarificándose, se indignó Chacho. El líder del Frepaso -quien renunció en octubre pasado tras una batalla interna en el gobierno por este caso- insistió en apuntar contra Liporaci, investigado por enriquecimiento ilícito. Y cuestionó la actitud del gobierno, que en su momento perdió políticamente una gran oportunidad, que era presionar para un cambio integral del Senado y el adelantamiento de las elecciones en ese cuerpo. Por su parte, Cafiero fustigó la inacción de la administración aliancista y ratificó sus denuncias, que involucraron a varios de sus pares del Partido Justicialista en el Senado. Sigo teniendo la certeza de que los sobornos denunciados han existido y que tanto el juicio de la opinión pública como las subsecuentes renuncias y conflictos que se desataron en las altas esferas del poder, corroboran esa certeza, concluyó el senador.
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