Un Jumbo británico en el que iba a bordo el cantante pop Bryan Ferry se salvó por poco de un grave accidente cuando un pasajero con problemas mentales irrumpió en la cabina de los pilotos y tomó el control de los mandos. El avión, que viajaba de Londres a la capital de Kenia, Nairobi, cayó en picado durante unos dos minutos -diez mil metros- hasta que la tripulación y otros pasajeros lograron reducir al hombre. El suceso se produjo sobre Sudán cuando el vuelo de British Airways se dirigía al aeropuerto keniano de Jomo.
El capitán de la nave, Willian Hagen, de 53 años, aseguró que faltaron apenas cuatro o cinco segundos para que el avión rotara sobre sí mismo y ya no hubiera sido posible salvarlo.
Cinco de las 398 personas que iban a bordo tuvieron que ser atendidas luego en el hospital, entre ellas una azafata que se quebró un tobillo. El atacante, un keniano de 27 años, fue detenido al llegar a tierra.
El hombre entró de golpe en la cabina y se abalanzó sobre el copiloto. La pelea hizo que se desconectara el piloto automático. Hagen intentó ayudar a su compañero y recibió golpes y una mordida en la mano y la oreja.
Entre los dos lo sacaron de la cabina y un pasajero estadounidense logró controlar al atacante. Estamos muy orgullosos de todos los que ayudaron, afirmó un portavoz de BA en Londres.
Los pasajeros gritaron en el momento en que se apagaron las luces en el avión y cayeron las máscaras de oxígeno. A pesar de todo la aeronave pudo aterrizar a las 10 en Nairobi sin problemas. Todos se despertaron con unos gritos y luego el avión cayó en picada, afirmó el pasajero Benjamin Goldsmith.
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La Ciudad
