| | Editorial El puente, a notable ritmo
| En este país contradictorio, con infinidad de ejemplos de ideas excelentes naufragadas en las aguas oscuras de la demagogia, la incapacidad e, incluso, la corrupción, cada tanto surge algún acontecimiento que sirve para retemplar el ánimo de cara al futuro. Es decir, un hecho positivo que permite constatar que en estos castigados lares, con tanta abundancia de vanos y prescindibles prohombres, la seriedad también puede llegar a constituir un atributo comprobable con apenas levantar la vista. Lo dicho surge a raíz del notable y sostenido buen ritmo con que marchan los trabajos en el enlace vial -el puente, para decirlo más popular y sintéticamente- con Victoria, sobre la costa entrerriana y sorteando el imponente Paraná. Al paso que va, merced a que el Estado en sus estamentos nacional y provincial cumple religiosamente con sus compromisos de financiación, la importante obra acabará finalizada con una antelación de, por lo menos, seis meses según el plazo previsto en el contrato original. Con sólo acercarse hasta la cabecera en la zona norte de la ciudad es posible apreciar la veracidad de lo que aquí se dice. Es que el enlace vial, el mayor emprendimiento de ingeniería civil del país, tiene construido cuatro de los doce puentes que lo conforman. Asimismo, ya están finalizados 2.800 metros de la traza de 8.100 que se elevará en la zona de islas. Con la financiación ya materializada del 68 por ciento del monto total de la obra, ésta se encuentra realizada hasta el momento en un 50 por ciento. Estos son algunos de los numerosos datos que, con modificaciones hora a hora, otorgan razonable pie para afirmar, como lo vienen reiterando autoridades y técnicos del consorcio internacional constructor, que el impulso de los trabajos está prácticamente garantizado hasta que la obra quede concluida. Sin dudas que ello ha sido posible por dos factores esenciales, que merecen ser reconocidos cuantas veces sea pertinente. Uno es el decidido apoyo que, contra viento y marea, en el momento de su diseño e iniciación le supo otorgar el entonces presidente Carlos Menem; otro, la convicción con que el actual gobierno de Fernando de la Rúa asumió como propio el compromiso heredado de la anterior gestión. Es decir, sin mezquindades ambas administraciones supieron honrar los intereses generales del país por sobre los de las parcialidades políticas. Eje circulatorio transversal y esencial del Mercosur, el enlace vial Rosario-Victoria se está convirtiendo en una magnífica realidad a paso firme. Se trata de una obra valiosa que, en tanto legado para las generaciones futuras, quedará como uno de los escasos ejemplos positivos de un tiempo político francamente olvidable por otras cuestiones lamentables que no viene al caso comentar hoy aquí.
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