La nueva terapia en base a energía nuclear que desarrolla el Centro Atómico Bariloche (CAB) en combinación con el Instituto Raffo despertó el optimismo de los especialistas en cáncer, que esperan el resultado de la fase experimental en humanos para conocer su grado de eficacia. Berta Roth, que participa de la investigación como integrante de la Dirección de Radioterapia del Raffo e integra la Sociedad Argentina del Cáncer (SAC), y José Mayo, especialista en el área también de la SAC, manifestaron los beneficios de la nueva terapia, pero destacaron la cautela previa a la fase clínica. La investigación es posible en Argentina por la presencia del reactor nuclear del CAB y, por eso, fue desarrollada ya en Estados Unidos y Japón. Estados Unidos cuenta con dos reactores nucleares y, en Boston, ya se ha irradiado con esta terapia a catorce pacientes. En Japón, explicó Roth, la investigación no es asimilable en los protocolos científicos ya que se realizó en casos aislados que no permiten determinar si lo que actuó es la sustancia específica que se inoculará (el boro) o alguna otra. La terapia consiste en la introducción de un compuesto de boro que se adhiere selectivamente a células tumorales de cerebro y piel y luego es atacada por neutrones epitérmicos que activan al boro, lo hacen decaer en litio y desprender una energía que destruye la célula cancerígena. En este punto surgen dudas respecto del daño que podría generar la terapia en los tejidos sanos, aunque, de acuerdo a las presunciones previas ofrecidas por Mayo, el beneficio de destrucción de las zonas malignas sería mayor que el perjuicio. Por eso, posiblemente a partir de septiembre del próximo año los investigadores estén en condiciones de aplicar esta terapia en pacientes terminales con melanoma maligno y comprobar la incidencia positiva del tratamiento. Estas nuevas técnicas son dadas después de que uno intentó lo convencional; donde ya no hay más nada que hacer uno intenta algo nuevo, explicó Roth.
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