El Consejo Nacional Cristiano Evangélico (CNCE) sostuvo en oportunidad de la fiesta navideña que la Argentina está sumida en el desaliento y advirtió que el horizonte negro parece presagiar renovadas tormentas en un país que lucha con sus contradicciones más profundas. En una reflexión navideña, el máximo organismo de esa religión cristiana expresó que la globalización, seguida del libre mercado con ausencia del Estado, exacerbó el individualismo más audaz y ha dado como resultado una sociedad con unos pocos privilegiados y muchos empobrecidos excluidos. El organismo lamentó, asimismo, que al preocupante nivel de desocupación, se haya sumado una clase dirigente complaciente con su propia corrupción, que se muestra incapaz a la hora de su autodepuración. Los pastores evangélicos subrayaron luego la importancia del mensaje de Jesús que se despoja a sí mismo a favor de todos e insistieron en que urge reunir las fuerzas que nos lleven a reconstrucción de una Argentina justa, gobernada por hombres íntegros, para el bien de todos. Por último, afirmaron que la Navidad nos recuerda la vigorosa potencia de la fe en la construcción de la familia y la Nación, la inquebrantable fortaleza del amor que no discrimina, en el obrar cotidiano y comunitario de su gente, y la inclaudicable energía que aporta la esperanza a los grandes desafíos de la vida, en escenarios como los actuales, dominados por la incertidumbre. El mensaje fue firmado por los pastores Rubén Proietti (Federación Argentina de las Iglesias Evangélicas de la República Argentina), Rodolfo Reinich (Federación Argentina de Iglesias Evangélicas), Bladimiro Puzenicz (Federación Evangélica Pentecostal) y Raúl Caballero, director ejecutivo del CNCE. El CNCE nuclea a las anteriores federaciones en un consejo común que representa a los argentinos que profesan la fe cristiana, no católica.
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