Washington. - Cuando George W. Bush asuma la presidencia de Estados Unidos en enero, el nuevo líder de la nación más poderosa del mundo va a heredar un país en paz y todavía dentro de una expansión económica sin precedentes. Al quedar atrás el júbilo de la victoria, la próxima administración tiene poco tiempo para la transición de una campaña electoral a la preparación de una agenda de gobierno. Tras prestar juramento, Bush enfrentará inmediatamente una fuerte carga de problemas que incluyen el Medio Oriente, Irak y Corea del Norte si el presidente Bill Clinton no logra uno o dos milagros en materia de asuntos exteriores en su último mes en la Casa Blanca.
El papel de Clinton en la realización de negociaciones en Medio Oriente -durante esta semana que se inicia- podría influir en cómo responde Bush a la imparable violencia entre israelíes y palestinos. Un viaje de Clinton a Corea del Norte, lo cual aún es una posibilidad, podría llevar a conversaciones para dar fin al programa de misiles de aquel país justo cuando Bush llega a la Casa Blanca.
Otra visión sobre Medio Oriente
Los dos períodos presidenciales que dedicó Clinton para tratar de concretar un acuerdo de paz en Medio Oriente, aún en los últimos días de su administración, será un acto difícil de emular. Va a ser un panorama nuevo, dijo Samuel Lewis, embajador de Estados Unidos en Israel entre 1977 y 1987, quien cree que Clinton ha estado demasiado involucrado en la región.
Bush no sólo va a luchar con un extraordinario incremento del sentimiento anti estadounidense en esa región, sino también contra una renovada amenaza del presidente iraquí Saddam Hussein, el hombre que acosó a la administración de su padre George Bush y detonó la guerra del Golfo Pérsico, dijo Geoffrey Kemp, ex principal asesor del presidente Reagan en asuntos del Medio Oriente. Saddam está más fuerte cada día, dijo Kemp.
Los acontecimientos que se dan en el mundo no siempre pueden ser pronosticados, y Bush podría ser retado por personajes como el presunto terrorista saudita Osama Bin Laden.
Bush también enfrenta cuestionamientos sobre si mantener tropas en los países balcánicos, sobre cómo responder a las tensiones entre India y Pakistán -naciones que cuentan con armas nucleares-, y sobre lo que se puede hacer en relación al potencial nuclear de Irán.
Uno de los principales asuntos que deberá enfrentar Bush al mediodía del 20 de enero, cuando asuma la presidencia, será la preparación de un presupuesto que deberá presentar a las pocas semanas de ocupar su despacho en la Casa Blanca. Por ley, la fecha límite para la elevación al Congreso de un nuevo presupuesto para el año fiscal que comienza el 1º de octubre es el primer lunes de febrero, es decir, el 5 de ese mes.