La Navidad de 2000 será para Belén una de las más tristes debido a la violencia desatada hace tres meses en la región, que dejó a la ciudad vacía de peregrinos y turistas, sometida al bloqueo israelí y con su economía fuertemente afectada. La Intifada (levantamiento palestino) dejó sin ánimos de celebración a la ciudad donde, según la tradición, nació Jesús. Los enfrentamientos comenzaron en Gaza y Cisjordania tras la visita del líder derechista israelí Ariel Sharon a la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén, el 28 de septiembre pasado, considerada por los palestinos una provocación. En consecuencia, en Belén sólo se mantendrán los actos religiosos. Entre ellos, se prevé para hoy la tradicional procesión desde Jerusalén a Belén, encabezada por el patriarca latino, monseñor Michel Sabah. También se llevará a cabo la misa del gallo en la iglesia de Santa Catalina, adosada a la basílica de la Natividad construida sobre la gruta donde se venera el nacimiento de Jesús que custodian los monjes greco ortodoxos, el grupo más numeroso entre los cristianos de Tierra Santa.
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