Carlos Duclós
Se le atribuye a Napoleón haber dicho a uno de sus generales: Cuando quieras que nada se investigue, crea una comisión. En Santa Fe, con la comisión Nogueras creada para investigar los escandalosos ilícitos cometidos cuando el banco era una entidad oficial, sucedió exactamente lo sostenido por Bonaparte. No es utópico como hipótesis pensar que los integrantes de dicha comisión, hombres de moral intachable y de conducta incuestionable, sirvieron inocentemente, sin saberlo, al desprestigio del Banco Provincial de Santa Fe, presentado ante la comunidad como una entidad corrupta, corruptible y financieramente inviable. ¿Quién querría tener en sus manos una entidad así, a no ser en condiciones ventajosas? La comisión Nogueras no logró el propósito para el que fue creada. De manera indirecta, sin quererlo, sólo coadyuvó a devaluar y desprestigiar al banco y puso en tela de juicio a prestigiosos funcionarios y empresarios. A esta altura, ¿quién puede sostener con contundencia que el verdadero propósito no fue ese? ¿Puede evitarse la duda o la sospecha en la comunidad? La historia del Banco de Santa Fe no se terminó de escribir: el Poder Judicial debe abstraerse de cualquier cuestión y salvaguardar su prestigio y el de sus hombres, y dar pronto despacho a las causas por presuntas irregularidades en la privatización. La Corte Suprema de Justicia de la provincia debería intervenir de manera urgente e impartir órdenes para que ninguna causa deje de investigarse minuciosamente y que la sociedad asista a la revelación de la verdad, sea cual fuere.
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