CARINA BAZZONI
La Capital
Un documento hallado en el Museo Histórico Provincial de Rosario volvió a encender la polémica que causó la publicación de Don José. La vida de San Martín, de José Ignacio García Hamilton. En esta biografía novelada el autor aseguraba que el Santo de la Espada habría sido hijo de Diego de Alvear y una india guaraní. La presentación de esta obra en Rosario estuvo signada por el escándalo protagonizado por un grupo de sanmartinianos que abandonaron la reunión cantando la Marcha de San Lorenzo. Seis meses después, el libro vuelve a la palestra. Un miembro de la Asociación Cultural Sanmartiniana Cuna de la Bandera encontró un documento que certifica que una de las fuentes citadas por García Hamilton para afirmar la filiación bastarda de San Martín había sido declarada insana en 1877. Creo que se ha hecho justicia, expresó satisfecho Víctor Hugo Nardiello, autor del hallazgo y miembro de la agrupación.
Fui atacado por un grupo de fundamentalistas, una patota, fue la declaración de García Hamilton a La Capital el día siguiente a la presentación de su libro en Rosario. Meses después, la casualidad permitió que los sanmartinianos se tomaran una pequeña revancha. Mientras realizaba una investigación sobre la vida del Abanderado Grandoli, Nardiello descubrió que una de las rosarinas que colaboró con ese militar fue la hija del general Carlos de Alvear, Joaquina de Alvear Quintanilla y Arrotea.
Siguiendo este dato, el abogado de la Asociación Cultural Sanmartiniana halló en los archivos del Museo Histórico Provincial que en 1877 la mujer debió afrontar un juicio por insania que le entabló su esposo. Y, como resultado del proceso, el juez falló en su contra declarando tutor a su marido.
Es intransferible la conmoción que sentí en ese momento, indicó Nardiello. Es que, justamente, Joaquina de Arrotea es una de las fuentes que cita García Hamilton en su biografía de San Martín para avalar su afirmación de que el Padre de la Patria fue fruto de los amoríos que Diego de Alvear habría mantenido con una india guaraní.
La versión de que San Martín era hijo de Diego de Alvear está recogida en un documento manuscrito firmado en Rosario el 22 de enero de 1877 por Joaquina de Alvear Quintanilla y Arrotea, cuenta García Hamilton en la página 332 de Don José. La hija de Carlos de Alvear, al escribir con orgullo su Cronología de mis antepasados, manifiesta que San Martín que tan brillantemente descollara en San Lorenzo, Chacabuco y Maipú, fue hijo natural de su abuelo.
Frente a esta afirmación, Nardiello mostró con celo las 38 hojas manuscritas del legajo del juicio celebrado en ese mismo año de 1877 y caratulado como Don Agustín Arrotea por nombramiento de tutor a su esposa. Allí se adjuntan las pericias médicas que declararon que Joaquina de Arrotea padecía erotomanía, que según el diccionario se define como una enajenación mental causada por el amor y caracterizada por un delirio erótico y que para el juez que intervino en la causa fue razón más que suficiente para declararla insana.
Las referencias a la condición mestiza de San Martín aparecen recurrentemente en la obra de García Hamilton y fue uno de los puntos más discutidos por los investigadores sanmartinianos. Es más, el tema llegó incluso a un congreso internacional, donde un historiador propuso la realización de una prueba de ADN al prócer.
No obstante, Nardiello sostuvo: En lo personal no me molesta que se diga que San Martín era hijo de una india, para aclarar al instante que lo que sí le molesta es que se digan mentiras y se construya un mensaje equívoco de una fuente dudosa y no documentada.
Esto es un engaño
Para presentar la publicación, la editorial Sudamericana indica que García Hamilton nos permite recuperar en este libro la imagen de un José de San Martín de carne y hueso, con humillaciones y esperanzas, alejado del perfil de héroe mitológico elaborado por la historia oficial. Sin embargo, para el miembro de la Asociación Sanmartiniana esto es un engaño.
-¿Por qué? \-Porque acá nadie entiende de quién se está hablando. San Martín fue el único militar del mundo que comandó un regimiento que no conquistó, sino que libertó a distintos pueblos, pasó y siguió. Quizás mi visión sea distinta a la de los no sanmartinianos. Pero hay una diferencia, los sanmartinianos no tratamos de destruir a los otros, los otros tratan de destruir a San Martín.
-¿Cree que García Hamilton quiere destruir a San Martín? \-Es que por acción o por omisión lo está haciendo. El justifica su libro diciendo que de chico no podía creer que San Martín fuera tan perfecto. ¿Y por qué no puede ser así? ¿Qué derecho hay de llevar nuestras miserias a una persona que está medio escalón más arriba? \-Quizás porque lo humano está lleno de contradicciones...
-No en San Martín.
-¿Pero no era humano? \-Por supuesto, pero no se puede decir que era un hijo no reconocido, borracho, opiómano y onanista por simples comentarios. Sin documentación específica y sólo para vender un libro.