Mauricio Tallone
Ciertos futbolistas, o mejor dicho sus maneras de comportarse para enfrentar los vaivenes de un juego tan versátil como el fútbol, muchas veces se convierten en el paradigma del momento por el cual atraviesan. El segundo semestre que transitó Laureano Tombolini debajo del arco canalla no sólo le da forma a esa realidad, sino que deposita al pibe de Santa Isabel en el umbral que recorre el ejercicio de la superación. Quizás por eso, la voz que marca las pautas del diálogo con OVACION devuelve a un hombre sereno, afianzado en la vocación discursiva para no caer en vanidades de este tipo de consideraciones, como en la predisposición que exhibió para convertirse en uno de los puntos más altos de la temporada canalla. —Es de imaginar que cuando levantes la copa para despedir el 2000 no habrá margen para los reproches y serán todas palabras de agradecimiento —Sin dudas, el 2000 fue el año más importante de mi carrera. No sólo porque tuve la chance de jugar en la primera de Central, sino porque me sentí realmente muy útil para el equipo. Y esto no lo digo por soberbia, creo que cualquier jugador quiere sentirse valorado desde el lugar que ocupa y por suerte este año experimenté esa sensación. —¿Se fueron cumpliendo todos los objetivos que te propusiste? —Sí, el solo hecho de atajar en un club de la importancia de Central sobrepasa todas las expectativas. Pero esto recién empieza, hay que seguir trabajando y superándose día a día. —¿En qué momento del año te diste cuenta de que el arco de Central era tuyo? —Creo que eso te lo da el paso de los partidos. Era lógico que a medida que pasaban los meses uno se sintiera más seguro. También me ayudó muchísimo la valoración que hicieron de mis actuaciones la gente y la prensa. En ese sentido no me puedo quejar, todos aportaron su granito de arena para que pudiera estar tranquilo y rendirle al equipo. —El hecho de haber debutado en un partido internacional y frente a un rival de la talla de Colo Colo, ¿te permitió consolidarte más rápido en primera división? —No sé, más allá de que jugar un torneo como la Mercosur es el anhelo de todo jugador, creo que ese partido ante Colo Colo me permitió darme cuenta de que estaba capacitado para ser el arquero de Central. Por suerte los nervios que tenía en los primeros minutos fueron desapareciendo a medida que pasaba el tiempo y el equipo encontraba el partido. Aquel triunfo en Chile me sirvió muchísimo, debutar con una victoria en un torneo internacional no es un dato menor para un chico que debutaba en un partido de esas características. -¿Esa consideración personal también la percibiste de parte de la gente? -La gente de Central siempre se portó muy bien conmigo, ya sea cuando no jugaba o cuando me tocó estar de suplente. -Entonces sos consciente de que el 2001 tiene que ser el año de tu consolidación definitiva. -Sí, sobre todo en el puesto de arquero. Tengo bien en claro que si la gente de Central reconoció mi esfuerzo fue por mis buenas actuaciones. Pero esto no termina acá, recién llevo seis meses como titular en primera y tengo ganas de seguir laburando y aprendiendo. -¿Imaginás un 2001 con Tombolini como uno de los indiscutidos? -Ojalá, yo trabajo para eso.
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