Gabriela Zinna
Unas 400 personas lograron frenar ayer el remate simbólico del Monumento Nacional a la Bandera. La parodia de subasta del histórico inmueble, sin base, al contado y al mejor postor, fue organizada por la Asociación para la Defensa de la Vivienda Unica, el Movimiento de Recuperación Pymes y la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apymes). Proceda con el remate, ordenaba el juez. ¿Quién da más... ¿Quién da más?, vociferaba el martillero. Mientras tanto, los participantes de la subasta contestaban a los gritos: Usureros, ladrones, traidores. La parodia del remate del Monumento Nacional a la Bandera se realizó anoche en la intersección de Córdoba y Juan Manuel de Rosas. No faltó ninguno de los personajes que suelen verse en las subastas que se realizan habitualmente en la Asociación de Martilleros: el imperturbable juez, el avasallador rematador, los usureros (como los definió el público), el policía que pelea con el público y la prensa, que fue desplazada. Se representaron situaciones cotidianas pero esta vez, excepcionalmente, movieron a risas. El Monumento no se pudo subastar gracias a la presencia y a la solidaridad de la gente, señaló al término del acto Marcelo Bonini, titular de la Asociación para la Defensa de la Vivienda Unica, quien también recordó que en lo que va del año se impidió que 35 familias perdieran sus inmuebles en subastas públicas. Bonini señaló, además, que en el 99 hubo 900 remates. Esa cantidad subió a 1.300 durante el 2000. No me quiero imaginar lo que ocurrirá en el 2001, apuntó. Se intentó representar con esto el remate de la patria, explicó el presidente de Apyme, Carlos Brusco, quien remarcó que el modelo económico actual entregó todo el patrimonio nacional y hasta desnacionalizó las empresas privadas. Asimismo consideró que la única reserva que queda son las viviendas de la gente, los galpones y los medios de producción de los pequeños industriales, y advirtió: Si permitimos que este proceso siga no va a quedar nada en la Argentina. Hugo Vidal, titular del Movimiento de Recuperación Pyme, pronosticó que mientras se sigan rematando galpones y herramientas de trabajo, la situación empeorará, y agregó que fundamentalmente el gran rematador, además de los bancos, es el propio Estado, a través de la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip).
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