El director técnico del seleccionado argentino de fútbol, Marcelo Bielsa, enfatizó que no toma el partido de esta noche aquí frente a México como un molesto compromiso ineludible, sino que le llena de gusto poder responder a la pasión de la gente. El seleccionador argentino le puso su sello a la rueda de prensa, con su rebuscada retórica, sus huidizas respuestas y el derroche de inteligencia para alargar el discurso ante las embestidas periodísticas. Sabiamente habló mucho para conseguir su meta de decir poco, aunque sustanciosamente a veces. De entrada, el argentino, avecindado en la historia del futbol mexicano por su herencia imperecedera en los semilleros del Club Atlas, se dedicó a explicar que fue imposible reunir los futbolistas de Europa por justificadas negativas de sus equipos, mientras que la ausencia de los jugadores de Boca, River y Talleres estaba explicada por el riesgo de un posible triple empate en la cumbre, que se desvaneció con la coronación xeneize. Ahí reiteró que las ausencias no deben cohibir la responsabilidad de los presentes para representar dignamente al equipo albiceleste. Bielsa, un enamorado de las tortas ahogadas de Guadalajara (un manjar sadomasoquista por lo picante), al más puro estilo de las demencias de Jack Nicholson, desmenuzó con ojos desorbitados sus expectativas sobre la selección rival. El fútbol de México se ha jerarquizado con sus actuaciones en la última década, o tal vez un poco más atrás, con lo que ha hecho en copas América y del Mundo, donde ha dejado constancias de su capacidad. Al grupo juvenil que comanda Bielsa le pone más esperanzas que ilusiones: No puedo precisar cuántos llegarán al Mundial. Espero que Argentina llegue y que lleguen varios de ellos. Quiero aclarar que a la selección llamo al jugador que en ese momento se encuentra mejor de los que hay en condiciones de ser convocados. Y así ocurre para este juego contra México. El técnico reveló que llegó a pensar, hasta la semana anterior, en convocar a un jugador argentino que militara en México, cuyo nombre prefirió ocultar. Estamos al tanto de lo que hacen los jugadores argentinos en México, dijo, porque explicó que sabe que hacen cosas destacadas en un futbol de alta complejidad. Bielsa elogió a los mexicanos Pavel Pardo y Jared Borgetti, dos estandartes de su manufactura en el paso por el Atlas de Guadalajara, y habló elogiosamente de Claudio Suárez y Luis Hernández, el Pájaro que no pudo anidar en Boca. Y habló de Maradona. Le dio su voto como el mejor del siglo, aunque en su retórica no dijo si jugará o no Diego ante Brasil a manera de un monumental y definitivo adiós de las canchas, pero fue claro al reconocer: Será difícil que podamos devolverle a Diego en comparación con lo que nos dio.
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