Año CXXXIV
 Nº 48.973
Rosario,
martes  19 de
diciembre de 2000
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El equilibrio de fuerzas y la incapacidad de negociación traban un acuerdo
Los ediles intercambian culpas y el Concejo de San Lorenzo sigue acéfalo
Ningún bloque quiere asumir la presidencia para no perder votos en el recinto. El PJ plantea reformar el reglamento

Andrés Abramowski

andres abramowski
La Capital
San Lorenzo. - Acusaciones mutuas y chicanas, enmarcadas en los típicos diálogos de sordos con los que los políticos se pelean a través de los medios, es lo único que hasta el momento queda claro de la crisis institucional planteada en el Concejo, acéfalo desde la fallida sesión preparatoria de hace diez días. Ningún bloque quiere asumir la presidencia que dejó el oficialista Fernando Sampaoli porque eso significa perder un voto -el presidente sólo vota en caso de empate- en un recinto que cuenta con cuatro oficialistas y cuatro opositores, que además se pelean entre sí. El culpable aparece muy claro: Son ellos.
Nuestra preocupación es que el Concejo no puede cumplir con su función legislativa y se perjudica la ciudadanía, señaló el justicialista Pedro Nicolorich desde el oficialismo. No es que no queremos asumir por capricho. La presidencia no nos corresponde porque hace 17 años que es para el ganador de las elecciones, en este caso el PJ, es el argumento del aliancista radical Leonardo Raimundo.
Detrás de estos argumentos la situación no es nueva y puede darse para esta fecha en todos aquellos concejos deliberantes en los que la paridad de fuerzas sea tan grande como la incapacidad para llegar a acuerdos políticos. Según la costumbre, en San Lorenzo el presidente del Concejo pertenece al partido que ganó las últimas elecciones. Este es el argumento de Raimundo, quien remarcó que cuando la UCR ganó en 1997 el radicalismo asumió el cargo por dos años. Para el justicialismo no puede ser que el partido que gana las elecciones termine teniendo la minoría a la hora de votar en el recinto.
Como solución a un problema similar, en el Concejo de Armstrong se intentó el año pasado impulsar el doble voto para el presidente. Con la tortilla al revés, todos querían detentar el cargo. Fue demasiado: la historia terminó en uno de los bochornos más grandes de los últimos tiempos, con un presidente no reconocido por nadie y ocho meses sin sesiones. Cuando el tema se solucionó, lo único claro fue que eso nunca debería haber pasado si hubiera primado la vocación de servicio.

El crédito de la discordia
Pese a haber ganado las elecciones, en el Concejo estuvimos todo el año tres a cuatro. Perdíamos todo y eso trabó nuestra tarea. Esta vez desde el bloque justicialista dijimos que el presidente sea de la Alianza, pero ellos no quisieron, dijo Nicolorich, y recordó la gota que rebalsó el vaso: Cuando se propuso (el mes pasado) tomar créditos para pagar a proveedores la Alianza pidió ver los números municipales. Se le abrieron las puertas, vieron todo lo que quisieron pero después faltaron a su palabra porque no lo aprobaron.
Hubo un montón de cosas -agregó el oficialista Domingo Debernardi- que no pudimos sacar por falta de votos. La oposición pone palos en la rueda y se perjudica la gente. Ellos pudieron verificar que existen las deudas y hay camioneros a los que se les debe diez quincenas. Por lo menos hubieran aprobado los créditos para los casos en los que no hay lugar a dudas.
Como alternativa a la traba, el oficialismo propone que el presidente pueda votar, para lo cual habría que modificar el reglamento. No importa de que partido sea -sostuvo Nicolorich- lo que pretendemos es una opción de paridad, que ahora no tenemos y eso genera este problema.

Una cuestión artificial
El bloque aliancista enfoca el problema de otra manera. En el Concejo quieren plantear una cuestión que es artificial. No es que no haya autoridades; el oficialismo no las quiere elegir, dijo Raimundo. Ellos votaron todos los cargos administrativos y cuando llega el momento de elegir la presidencia, que les corresponde, quisieron que la asumiéramos. Pero no nos corresponde, explicó, sin aclarar que asumir le representaría quedar en desventaja en el recinto, lo que tampoco les conviene.
El PJ se justifica diciendo que no tiene la mayoría -agregó- pero de 33 mensajes que envió el Ejecutivo se aprobaron 29. Además no se entiende cómo no tienen mayoría si, merced a las alianzas que tejen con los otros dos bloques unipersonales (uno radical y otro peronista), lograron quedarse con todos los cargos políticos del Concejo.
Si no tuvieran esa mayoría que logran con los aliados no habrían consegido que se aprobara el impuestazo a principios de año al que la Alianza se opuso, disparó. En ese sentido, el edil sostuvo que el verdadero motivo por el cual el justicialismo armó esto es para evitar el debate acerca de cómo se gastan los fondos municipales.



Raimundo no quiere aceptar la presidencia.
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Sampaoli no volvería al frente del Concejo.
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