Año CXXXIV
 Nº 48.973
Rosario,
martes  19 de
diciembre de 2000
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Un pasado de rockero

En noviembre del 75 Jorge Alvarez y Charly García, después de presencia el show en el teatro Astral de Buenos Aires, se sorprendieron del sonido de Crucis. Pino Marrone, en guitarra; Gustavo Montesano, en bajo; Aníbal Kerpel, en teclados, y Gonzalo Farrugia, en batería, formaban la banda pionera del rock sinfónico en Argentina. El grupo, en enero del 76, comenzó a grabar su primer álbum, Crucis, producido por Charly García. El LP fue presentado en abril con dos funciones llenas en el teatro Coliseo. Dos meses más tarde, el grupo juntó más de 10 mil personas en el Luna Park. A fines del 76, Montesano viajó a Miami para mezclar en los Criteria Studios el segundo disco del grupo. Era una novedad, para una banda argentina, acceder a un estudio de importancia internacional, con un técnico como Jack Adams. En enero del 77 se lanzó Los delirios del mariscal, el segundo y último álbum de Crucis, que fue presentado ese mismo mes en el Luna Park.
Tuvimos un crecimiento acelerado y, en la medida en que crecían las satisfacciones también crecían las dificultades, dice hoy Montesano, a casi 25 años de aquella historia.
En abril del 77 Crucis volvió al Luna anunciando a su recital como la despedida, con motivo de su viaje a los EEUU para grabar un tercer álbum. El disco nunca se grabó, pero en octubre de ese año la banda se presentó en el Primer Festival Latinoamericano de Rock de San Pablo. A fin de año Montesano se encontraba en los estudios Electric Ladyland de EEUU mezclando lo que sería su primer disco solista. Sin anunciarlo oficialmente, Crucis se disolvió.
Creo que Crucis le dejó más cosas importante a la gente que a mí, dice Montesano sin tono de reproche. No hay más que volver a pisar Argentina que me preguntan qué pasó con el grupo, si hay posibilidades de reencuentro. Estas expectativas quizá surgen porque debe ser uno de los pocos grupos de rock que no se han vuelto a reunir. Pero ya pasó, fuimos muy amigos desde chicos, desde la escuela del barrio, que luchamos para alcanzar algún objetivo artístico, y creo que lo logramos.
Crucis tuvo problemas externos a la banda -dice Montesano-. No hay que olvidar que en aquellos años los grupos de rock vivían un poco a contrapelo de lo que dictaba la moral de la última dictadura militar, y nosotros decidimos irnos de la Argentina, cada uno por su lado.


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