El servicio nocturno de colectivos en la ciudad es prácticamente inexistente. La Municipalidad autorizó frecuencias que en plena madrugada llegan a distanciar las unidades hasta en casi tres horas. Es más, la situación tampoco es la ideal durante el día. Un chequeo realizado por La Capital en una esquina céntrica y en horario pico reveló que más de la mitad de las líneas que circulaban por el lugar no cumplían correctamente con las frecuencias de recorrido autorizadas por la Intendencia. Toda una postal del actual sistema de colectivos, considerado por funcionarios y empresarios como en etapa de transición mientras se espera el nuevo transporte, con líneas troncales y centros de transferencia incluidos.
De acuerdo con los cronogramas oficiales, son pocas las líneas que durante la noche mantienen una frecuencia de como máximo 50 minutos entre un colectivo y el siguiente. Lo concreto es que desde la 1 y hasta las 5 la Municipalidad autorizó esperas que van de una hora hasta casi tres.
Los colectivos de la línea 101 son un ejemplo. Para quien tenga que abordar estos ómnibus en Pellegrini y Sarmiento a la 1 de la madrugada, llegar tarde será literalmente condenarse a la espera perpetua. Es que el próximo servicio pasará recién 2 horas y 55 minutos más tarde.
En rigor, esta es la característica habitual de las frecuencias nocturnas. El 103, por ejemplo, tiene una hora de espera a partir de la 1.30. La línea 110, en tanto, comienza uno de sus recorridos nocturnos en Urquiza y Magallanes a las 23.34, y de acuerdo con las frecuencias autorizadas el próximo servicio de esta línea se brinda a partir de la 1.45, es decir, más de dos horas después de su antecesor.
Del análisis de las frecuencias oficiales se deduce que los horarios críticos para tomar colectivos se extienden desde la 1 hasta las 4 de la madrugada, cuando las frecuencias comienzan a espaciarse menos y la tendencia se acerca a plasmar una separación de entre 40 y 50 minutos.
Entre las 19 y las 20.30 del martes pasado, este diario chequeó las frecuencias de paso de 19 líneas de colectivos que circulan por la esquina de Corrientes y San Luis. En la primera de las calles se controló la circulación de seis líneas y se comprobó que la mitad de ellas no cumplía de manera eficiente con las frecuencias que autoriza la Municipalidad.
La frecuencia por calle San Luis
El panorama no cambió demasiado a la hora de controlar nueve líneas que circulan por San Luis. Allí, algunas unidades de seis de esas líneas también evidenciaron minutos de retraso.
Al comparar el tiempo de circulación de las unidades con las frecuencias suministradas por la Secretaría de Servicios Públicos se comprobó que algunos colectivos de las líneas 134, 135 y 147 evidenciaban retrasos que oscilaron entre los cinco y 15 minutos. Distinta fue la situación de las líneas 107, 103 y 153, que cumplieron correctamente con los horarios autorizados.
Por San Luis, en tanto, se controlaron las frecuencias de las líneas 115, 138, 102, 133, 139, 143, 141, 119 y 136. Sólo las tres primeras cumplieron con eficiencia los horarios de paso. Varias unidades de las restantes evidenciaron retrasos que llegaron, en un caso, a plasmar 25 minutos de demora.
Críticas al Concejo Municipal
Desde la Cámara Empresaria del Transporte Urbano de Pasajeros (Cetup), los empresarios remarcaron que en varios lugares del mundo los servicios merman a la noche de manera considerable. En Barcelona, a las 22 paran todas las líneas y sólo quedan dos troncales que cubren la ciudad de norte a sur, ejemplificó Rubén Rodríguez, titular de la empresa Las Delicias. El empresario puntualizó que el servicio nocturno en la ciudad le ocasiona una importante pérdida económica a las firmas que ofrecen el servicio (ver aparte).
El secretario de la Cetup, Raúl Beltrame, también se sumó a las quejas por la crisis que sufre el sector, pero embistió directamente contra el Concejo Municipal. Nadie se hace eco de nuestros reclamos, el Concejo no nos da soluciones, señaló, y agregó: Los concejales tienen el estudio de costos del boleto desde hace meses, pero no hacen nada. En vez de mirar a Rosario, están mirando la luna.
Mientras tanto, el actual servicio de colectivos sigue adelante, con largas esperas nocturnas y algunas unidades en no tan buenas condiciones. Para el nuevo sistema, en tanto, habrá que esperar algunos meses más.